Érase una vez, una tortilla llamada Pati, que iba todos los domingos a la playa metida en un «taper», o en una bolsa de congelados.
Pati estaba harta de que, siempre, en verano, cuando iba a la playa, se ponía perdida de arena, sobretodo cuando hacía mucho viento.
Ni «tapers», ni bolsas, nada podía hacer que no le entrara arena de la playa.
La tortilla solía ir a la playa con su amigo el pimiento, que también opinaba lo mismo sobre la playa, ¡era un asco para ellos!
Un día, una niña se dio cuenta que la tortilla y el pimiento sufrían por llenarse de arena, y se lo dijo a sus padres: «Papá y Mamá, ¿no veis que siempre que traéis los bocadillos de tortilla con pimientos a la playa, se llenan de arena? ¡Es nuestra comida y merece un respeto!»
De repente, sin que la familia lo esperara, la tortilla empezó a hablar, y dijo: «Señores padres, deben estar orgullosos de su hija, ya que es capaz de ponerse en el lugar de otro, y esto es muy importante. Yo soy comida, así que merezco un respeto, y que por lo menos no me caiga arena encima…»
Los padres, a partir de aquel día, envolvieron los bocadillos de tortilla con pimientos en bolsas o «tapers» pero que estaban muy bien cerrados, para evitar que les entrara arena de la playa.
Y aprendieron que deben respetar la comida, y que es importante ponerse en el lugar de los demás, a esto se le llama empatía.
FIN
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BONITO
Esta muy interesante el cuento
QUE BNO ME PARESIO ESTE CUENTO
me gusta la tortilla
ANDA TE ESÉRO AHI DONDE ESTA LA BANADERA
beso enormeeeeee te amo ami gaa
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