EL DUENDE PEKI

Cuento corto para niños/as, creado por: Martha Bianchi (Argentina)

Después de un largo día de trabajo, Juan, el Leñador buscaba un refugio para pasar la noche…De repente encontró una casona abandonada. Empujó la puerta que crujió al abrirse, entró y comenzó a mirar todo…

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¡Qué abandonado está esto!– Dijo en voz baja y mientras observaba el lugar colocó su maleta en el piso, -trataré de dormir un rato- Pensó y colocó unas mantas entre unos muebles de madera. Al fin alguien había llegado!
Mientras acomodaba sus cosas, Juan vio que había quedado olvidado un objeto pequeñito, era un duende!…Pobre duende! Estaba caído entre unas cajas viejas llenas de polvo y tenía un bracito roto!…quizás se cayó al piso y se lo quebró! Nadie más se acordó de él, hacía mucho tiempo que estaba ahí… solito, quizás tenía frio, tal vez miedo…

Más tarde mientras comía una escasa merienda, sus ojos se detuvieron en ese duende olvidado-¿Qué haces tú aquí? –Te dejaron solo?bueno yo también estoy solo…podemos ser amigos-le dice el desconocido. Sabes…me llamo Juan y trabajo en el bosque, estoy muy cansado y dormiré aquí, contigo… Así le hablaba al pequeñito que lo miraba como oyendo lo que le decía ese hombre.

Juan hablaba, hablaba, le contaba cosas al duende que quietito lo escuchaba, hasta que por fin se quedó dormido.
Pasaron varias horas y llegó el día. El sol curioso traspasaba sus rayos por las hendiduras de la puerta y la ventana y con su luz despertó al leñador que se había quedado dormido. Pronto recogió sus cosas y mirando a su amigo le dice –vamos, te llevo conmigo, te curaré el brazo así me ayudas a cortar leña…se rió.
El duende parecía estar muy contento!…Al otro día en la casa, Juan arma un brazo con arcilla, lo pinta y se lo pega a ese pequeño objeto que una vez fue un adorno –Te queda muy bien!- le dice y lo coloca sobre la mesa. -Te llamaré Peki agrega y se sienta bajo la sombra de un árbol a descansar.
Peki había quedado solo en la casa, el leñador había vuelto a su trabajo, de pronto… el duende comienza a mover sus brazos…y sus piernas!!! Se oye un ruido cham…cham…qué fue ese ruido?
Peki caminaba!!! y se bajó solo de la mesa!!! Estaba tan feliz de tener su brazo y estar en una nueva casa que se convirtió en un duende de verdad!!! –Qué fuerza tengo!!! –exclamaba- Y se escondió debajo de la cama, quería darle una sorpresa a su amigo.

Al regresar Juan lo buscaba por todos lados, Peki…Peki…llamaba…de pronto oyó Chist!…Chist! –Quién es? Decía y no veía a nadie. Entonces el duende se asoma debajo de la cama…

-Soy yo!…Soy yo!
Juan estaba muy asombrado! –ahora tengo un amigo de verdad! Es verdad que los duendes son muy poderosos!!!
Peki estaba con mucho entusiasmo y hablaba, hablaba sin parar. Ahora te podré ayudar! Y trabajaré contigo y mañana podaré los árboles y recogeré frutas y… -bueno no trabajes tanto amigo, te vas a cansar! – Se rió Juan.

Peki valoró mucho que Juan lo había ayudado y quería agradecerle con trabajo, pero además…un día le dijo:
-Los duendes tenemos magia y mucho poder! Pronto te convertiré en un hombre muy rico!-aseguró Peki
-Es suficiente con que seas mi amigo!!! Respondió Juan, dejando sus herramientas de trabajo, mientras la luna que estaba oculta, se asomó sonriente, iluminando el bosque.

Los dos amigos habían trabajado mucho y era hora de dormir.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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