Cuento Infantil para niños y niñas; creado por: Obed Madrid Calvo
Un Nomo que vivía en el bosque, se encontraba en su casa cociendo castañas con su caldero para hacer la sopa que tanto le gustaba. Entonces su amigo el señor Caracol se asomó a la ventana y lo llamó.
– Buenos días Nomo Feliz, – le saludó el caracol.
– Hola Señor Caracol, ¿quiere probar mi sopa de castañas? – contestó el Nomo.
– Mm… ¡que rico huele! – el caracol aceptó.
El Señor Caracol le contó al Nomo que había un lugar en el bosque donde habían muchas castañas.
– Ayer mientras paseaba encontré muchísimas. – Le contaba el caracol al Nomo Feliz.
El caracol y el Nomo cuando terminaron el sabroso desayuno fueron juntos a buscar esas castañas para la cena.
Cuando llegaron ya no estaban, alguien se las había llevado antes.
– ¡Ya no hay castañas! ¿Donde están? ¡Dónde están! – Gritaba enfadado el Nomo.
– Tranquilo, seguro que hay mas en algún lugar cerca de aquí. Vayamos a buscar.
Mientras buscaban más castañas por el bosque se puso a llover, y buscando algún sitio donde refugiarse encontraron una casita de madera. La puerta estaba abierta y ellos algo mojados, así que el nomo dijo:
– Entremos, no hay nadie.
– No podemos entrar sin que nos lo digan – Contestó el caracol.
Pero el Nomo Feliz no quería mojarse más, así que se puso al caracol en el hombro y entraron en la casa.
– ¡Mira señor Caracol, son las castañas del bosque! – exclamó el Nomo Feliz.
– Pero estas ya no son nuestras, alguien las ha cogido antes y son suyas.
Pero el Nomo quería todas las castañas para él, se puso el saco en el hombro y empezó andar bajo la lluvia.
Entonces un rayo partió una gran rama de un árbol, y cayó encima del Nomo Feliz. El Señor Caracol que iba detrás de él quiso ayudarle, pero la rama era demasiado grande.
Entonces apareció un conejito sabio que había visto todo lo que había pasado desde lo de la casa de madera, y lo ayudó a librarse de la rama.
– Si no te hubieras marchado con esas castañas que no son tuyas, a lo mejor no te hubiese pasado nada – . Le dijo el conejito sabio al Nomo.
– Estas castañas son mías, yo las he recogido. – Insistió el nomo.
El conejo al ver que no razonaba lo llevó de vuelta a la casita de madera.
– Mira Nomo Feliz, asómate y mira por la ventana. – Le dijo el conejito al nomo.
Él obedeció y se asomó, entonces vio a una conejita sentada en la mesa junto a sus tres hijitos. Estaban tristes porqué apenas había nada en los platos.
– La conejita había recogido esas castañas para la cena, y ahora solo tienen cuatro trozos de pan. En cambio tú tienes ahí castañas suficientes para todos. – Le dijo el conejito sabio.
– ¡Claro Nomo Feliz!, – exclamó el Señor Caracol. – Puedes hacer sopa de castañas para todos.
El Nomo Feliz se dio cuenta que había hecho mal, así que entró a la casa y le pidió perdón a la conejita. Ella al ver que el Nomo estaba arrepentido le perdonó y aceptó la idea del Señor Caracol.
Cenaron todos juntos la rica sopa del Nomo Feliz, comieron, rieron, jugaron… y así fue como se hicieron amigos.
FIN
– Moraleja: Hay que controlar las emociones y los impulsos porqué pueden llevarnos a no ver lo que está bien y está mal.
– Valores del cuento: La amistad, el perdonar, el compartir…
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