Mi nombre es Jorge, y os voy a contar una historia que pasó el año pasado, cuando tenía cinco años recién cumplidos. Desde hacía unos meses, había notado que mis padres actuaban de forma diferente conmigo, no me hacían tanto caso.
Mis padres estaban muy felices, se reían mucho, incluso mi padre, que es un hombre bastante serio, no paraba de hacer bromas a todo el mundo.
Por más que intentaba buscarle una explicación al nuevo comportamiento de mis padres, no conseguía encontrarla. Lo que sí pensaba, era que tal vez, fuera debído a la tripa que le había crecido a mi mamá…
Un día, cuando estábamos terminando de desayunar, mis padres me dijeron: «Jorge, tenemos una buena notica que darte, vas a tener una hermanita«.
– «¿Una hermanita?, entonces… es eso lo que os pasa!«, le dijo Jorge a sus padres.
– «¿Qué es lo que nos pasa hijo?«, le preguntó su papá.
– «Pues que ya no me hacéis tanto caso como antes… porque vais a tener un bebé«, les dijo Jorge.
En ese momento, mis padres se acercaron a mí para abrazarme y para decirme que ellos me querían igual que antes y que aunque tuviera una hermana, las cosas no cambiarían. Pero sí que cambiaron, y mucho…
Cuando nació Lucía, sentí que era invisible, mis padres sólo me hacían caso para echarme la bronca por no haber terminado los deberes antes de cenar, o por no comerme los guisantes de la cena. De un día para otro, mis padres se habían olvidado de mí por completo, sólo hacían caso a mi hermana Lucía.
Así que un día en el cole, cuando estábamos en clase de lengua, la profe vino hasta mi mesa para ver cómo iba con el ejercicio que había mandado sobre los tiempos verbales, y me dijo: «Jorge, ¿estás bien?, tienes la cara triste…» Y por primera vez, en estos meses, alguien se había preocupado de mí, así que me confesé con la profesora y le dije: «sí profe, es que desde que ha nacido mi hermana, mis padres ya no me hacen caso«. A lo que la profesora contestó: «no tienes que ponerte triste por eso Jorge, recuerda que Lucía es sólo un bebé, y que hasta que sea un poquito más mayor, necesita muchos cuidados, pero no te preocupes que tus padres te siguen queriendo igual, o incluso más«.
Al día siguiente, mi padre me estaba esperando en la puerta del colegio, pero no estaba solo, mi profe de lengua estaba hablando con él. No sé lo que le diría la profesora a mi padre, pero desde ese día, mis padres volvieron a comportarse conmigo como siempre lo habían hecho.
Así que, espero que mi historia sirva para que los padres entiendan, que el cariño y la atención que los niños necesitamos, es siempre la misma.
FIN
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Un argumento muy bueno y un desarrollo muy malo.
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ME PARECIO SUPER
hay ya dejen de ser bobos digan la verdad no les gusto el cuento como ami
hay k mero oso
hola soy lorena tengo 8 años y este cuento me encanto es de lo mejor me gusto como se sorprendió cuando le digieron que iba a tener una hermanita ,pero no cuando penso que sus padres no lo querían
…
he leído tu cuento y me a gustado mucho porque tu hermanita se llama como yo
pero que sepas que tus padres te quieren siempre igual
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