Hoy en nuestra sección de Educar con cuentos, queremos hablar sobre un tema que a muchos padres les puede ser de gran utilidad, ya que os vamos a dar unas pautas y consejos para elegir el mejor momento para leer un cuento a vuestros hijos.
¿Cuál es el mejor momento para leer un cuento a los niños?
Esta pregunta se la hacen todos los padres en algún momento de la tardenoche cuando los niños ya no se soportan de pie, y su humor empieza a rozar la descripción de «alma en pena».
Dependiendo de la edad y la personalidad del niño, contar un cuento puede convertirse en una magnífica rutina antes de que sus ojos se cierren durante toda la noche.
Hay niños que nada más terminar de cenar, lo único que quieren es dormir, incluso las rutinas de higiene antes de acostarse les cuesta trabajo terminarlas. En estos casos, una buena opción sería leerles un cuento, aunque el niño esté tumbado en su cama o cuna, contarle una pequeña historia mientras escucha atento con los ojos entornados, es un acto facilitador del sueño, e induce a una tranquilidad que es justo la que el niño necesita para sentirse seguro y querido por quien le cuenta el cuento.
En otros casos, los niños esperan ansiosos el momento en que sus padres se tumben con ellos con la luz a media intensidad, a leerles un cuento mientras ven las ilustraciones del libro, y ellos se cuelan por la puerta de la imaginación y mantienen los ojos muy abiertos, para no perderse el final del cuento.
En cualquier caso, los niños agradecen sobremanera ese rato de compañía e ilusión, y siempre será un momento muy positivo para ambos, y a largo plazo. Un sueño inducido de la manera correcta, fomenta un desarrollo psicológico estable, evita problemas de conducta y repara eficazmente el desgaste diurno, para volver a enfrentarse de nuevo a la jornada rutinaria, sin inquietud, falta de autocontrol y baja tolerancia a la frustración, que es lo que se puede producir si un niño no duerme el tiempo necesario, o el sueño no es reparador en su totalidad.
El momento mágico del cuento, despierta el hilo de interés que aún mantiene despiertos a los más pequeños, y les lleva a un mundo imaginario y creativo qué solo ellos saben cómo es y lo que les reconforta. Por esto, será siempre agradable leer un cuento a los hijos, hojear dibujos o contar alguna historia inventada, siempre con el objetivo de relajar a los niños antes de dormir, y que puedan alcanzar las horas que necesiten de sueño satisfactoriamente.