Cuento Infantil para niños/as, escrito por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Flauta era un niño muy intrépido que se pasaba el día investigando y explorando todos aquellos bosques y rincones que los demás niños rodeaban porque les daba miedo.
Además de ser muy valiente y aventurero, era un excelente flautista, y siempre llevaba su flauta en la mochila de explorador que por las mañanas se preparaba en casa para pasar el día.
Sus amigos más cercanos, le llamaban Flauta, aunque se llamaba Berto, y esto le encantaba, porque le hacía sentirse importante delante de toda su familia, los cuales eran todos músicos.
Parecía que el futuro de Flauta sería el mismo que el de su familia, tocar algún instrumento musical que le hiciese sentirse importante e imprescindible. Pero eso no fue así. Flauta tocaba la flauta cada vez que se sentía inspirado y en sus momentos libres.
Aquello que realmente pensaba Flauta era darle importancia a su intrepidez, ya que lo que quería ser de mayor era astronauta, para lo que hacía falta mucha valentía, y muy buenas notas en el colegio.
Desde que descubrió su auténtico sueño, se preocupaba mucho por estudiar a fondo todas las asignaturas, sobre todo las relacionadas con el espacio, la física y las matemáticas, y sin darse cuenta, fue dejando de lado la música.
En su familia estaban descontentos con sus resultados musicales, y le riñeron por no saber aprovechar los recursos que de manera natural él poseía, pero Berto estaba ensimismado en su futuro, y aunque escuchaba lo que sus padres le decían, seguía con su afán de ser astronauta.
Cuando cumplió quince años, y un programa de la NASA visitó su escuela para explicarles cómo funcionaba la entrada a los estudios de astronauta, Berto ni parpadeó en toda la ponencia. Uno de los ponentes al verlo tan atento le preguntó:
– «Chico, te veo muy atento, si estás interesado al final de la charla, pásate por aquí y te explicamos con más detalle».
Berto estaba radiante, le habían explicado todo lo que tenía que hacer para ser lo que él quería, ¡astronauta!.
Se lo contó a sus padres, y éstos a pesar de estar un poco desilusionados porque no fuera a ser músico, le apoyaron, y le dijeron que sería muy buena idea ser astronauta músico, y tocar la flauta a los planetas y los satélites.
Berto se rió mucho con la ocurrencia de sus padres, pero no la descartó, ya que él tenía ese talento natural que nunca perdería si practicaba, y no estaba reñido con ponerse una escafandra.
Cuando Berto maduró y tomó la decisión de su futuro, luchó por ser el mejor astronauta de la historia, que además sabía tocar la flauta. Daba conciertos dentro de la nave espacial, irradiaba conocimientos y ganas de superarse a sí mismo, y se podía poner la escafandra al mismo tiempo que tocaba la flauta.
Berto consiguió su gran sueño, fue el mejor astronauta de la NASA desde el primer momento que comenzó, y además era el mejor flautista con escafandra que la NASA había tenido nunca, y siempre fue muy feliz porque llegó a ser lo que se propuso.
FIN
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