Cuento Infantil para niños/as; escrito por: Edgar Mancilla Sandoval
Loreto y Olivia, una semana después de su casamiento partieron en su largo viaje hacia las aguas del norte. Nadaron durante un largo tiempo, cuando, a lo lejos, vieron a unos tiburones blancos que nadaban hacia ellos.
– «Loreto, hay que evitar a esos tiburones».
– «Pero ¿Cómo? Ya nos vieron y nadan más rápido que nosotros».
– «Nademos hacia abajo».– Dijo Loreto sumergiéndose.
– «Está bien». – Dijo imitándolo.
Nadaron muy profundamente para poder perder de vista a los tiburones.
– «Aquí hace mucho frio Loreto, además, no logro ver nada».- Replico Olivia.
– «Tranquila, venimos tan abajo porque los tiburones no soportan el agua fría».- Explico Loreto. – «Para ubicarte debes usar tu sonar».
– «Entiendo».
Al pasar el peligro los chicos volvieron a la superficie para respirar y calentarse con los rayos del sol. Siguieron nadando con un paso firme y sin rendirse durante un largo rato, hasta que se detuvieron a descansar.
Al día siguiente continuaron su larga travesía, el siguiente obstáculo al que se enfrentaron fue un grupo de Orcas que planeaban emboscarlas.
– «¿Por qué esas orcas nos quieren atacar? Somos más grandes y fuertes que ellas». – Dijo Olivia.
A lo que Loreto respondió: – «Ellas buscan a las ballenas débiles o heridas para capturarlas. Para evitarlas solo debes sumergirte».
– «¿Cómo con los tiburones?»
– «Exacto».– Contesto Loreto guiñándole el ojo. – «Además, si buscan pelea siempre puedo aplastarlos con un pequeño brinco».
– «Sí, un apachurroncito de 40 toneladas».
– «Espera, no estoy tan gordo ¿O sí?»
El último obstáculo al que se enfrentaron antes de llegar al estrecho de Bering fue uno de los más peligrosos: Un barco caza ballenas que se dirigía directamente hacia ellos con los arpones listos y la pareja en la mira.
– «Rápido, debemos huir». – Dijo Loreto con temor. -«Ese es una de las cosas más peligrosas del mundo».
– «Bien ¿Qué hay que hacer?»
– «¡Ya se! Tengo una idea». – Exclamo Loreto. – «Tu nada hacia la izquierda y yo hacia la derecha, luego nos sumergimos y nos encontramos en el centro».
Llevaron a cabo el plan, cada uno nadó hacia un lado, dando saltos para llamar la atención de los cazadores, finalmente se sumergieron muy profundo y se encontraron en el centro. El barco dio la vuelta y se alejó de allí.
– «¡Genial! Los perdimos». – Gritó Olivia emocionada.
– ¿Ves como todos mis planes funcionan?». – Presumió Loreto.
Siguieron nadando alegres sin saber que aquel barco se alejó al ser detenido por una lancha guardacostas.
Finalmente, el gran viaje había terminado, llegaron a las aguas repletas de comida del Estrecho de Bering. Al llegar se dieron un enorme banquete de Kril y otros crustáceos. Nadaban y jugaban juntos como los enamorados que eran.
Así pasó más de un mes, hasta que, un día, justo después de comer Olivia le comento a Loreto:
– «Loreto, tengo que decirte algo».
– «¿Qué pasa amor?» – Dijo Loreto.
– » Vas a tener que cambia tu actitud».
– «Pero ¿Por qué? No soy tan mal educado».
– «Es que no quiero que nuestro hijo herede malos modales».
– «Nu… ¿nuestro hijo?» – Pregunto Loreto incrédulo.
– «Así es. Vas a ser papá».
– «¡Increíble! ¡Qué excelente noticia! Le ensañaró todo sobre recolectar plancton y como evadir los peligros».
– «Tenemos que prepararnos para el regreso, he oído cometarios de otras ballenas que si no llegamos a tiempo a aguas mexicanas nuestro bebé corre peligro». – Comento Olivia con cierta preocupación.
– «Pues hay que prepararnos. Nos vamos la próxima semana. Sé que todo estará bien».
Así, comenzaron los preparativos para partir de regreso a las cálidas aguas del Pacifico mexicano. Comieron y juntaron energía para estar fuertes durante su viaje. Olivia trataba de no esforzarse demasiado para no agotarse antes empezar el viaje y Loreto se ejercitaba para hacerse más fuerte y poder defender a su familia.
Continuará……………
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