Cuento Infantil para niños; escrito por: Victor Manuel Gutiérrez López
Había una vez un niño perteneciente a una familia muy pobre, que todos los días salía a recoger frutos en el bosque. Un día encontró a un gnomo que había sido capturado por un cuervo, usando su resortera, derribó al cuervo y liberó al gnomo.
En agradecimiento le dio una sortija mágica que al frotarlo, podía concederle tres deseos, pero le advirtió que el producto de cada deseo debía ser usado provechosamente, y luego desapareció.
El niño regresó a su casa, pero al momento de entrar, se encontró al recaudador de impuestos, no había suficiente dinero porque la cosecha fue mala ese año, ante tal situación decidió usar el poder de anillo.
Deseó que su sembradío fuera fructífero y así fue, al día siguiente toda su parcela estaba llena de toda clase de legumbres. Gracias a aquel deseo con el tiempo mejoraron su economía.
El segundo deseo fue que su hermana se casara con un hombre bien acomodado, al mes siguiente la hermana se casó con el hijo de un rico hacendado.
Finalmente deseó ser popular y pronto los demás chicos del lugar lo empezaron a admirar sin motivo alguno.
Pasaron los años y cuando creció, le dieron un puesto en la corte local, gracias al poder de la sortija se había vuelto un hombre importante, rico e influyente.
Conforme empezaba a acumular ganancias, empezó a hacerse avaro y egoísta. Un día, mientras él y algunos sirvientes andaban de cacería por el bosque, vieron a un anciano vestido de vagabundo solicitando que le dieran algo de comer, pero el joven se rehusó.
Esa noche, el mendigo se apareció en sueños, revelando ser el gnomo al que salvó, diciéndole que ignoró su advertencia, de castigo, perdería poco a poco lo que había adquirido si no cambiaba su actitud.
Tomó la decisión de no escuchar y siguió actuando avaramente, pero a la semana empezaron a ocurrir desaventuras, primero llegó una inundación y arrasó todas sus tierras, luego el esposo de su hermana le abandonó por alguien mas joven y bella; y por último, la gente se empezó a cansar de sus malos tratos y se levantó en contra suya. Fue juzgado y perdió todo lo que tenía.
Al fin había comprendido la advertencia del gnomo y decidió volver a empezar, regresando a sus orígenes de humilde campesino.
FIN
– Moraleja del cuento: No te obsesiones con el poder o lo perderás todo; y no olvides tu orígen.
– Valores del cuento: Humildad.Generosidad.
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