Cuento Infantil para niños y niñas, creado por: Rodrigo Giraldo Duque
Caos y cataclismos de todo género sirven de escenario para los encuentros del clan de los Leorianos (grupo de científicos expertos en desarrollo cósmico), ubicados en la superficie del planeta Sardón 21, del extinto círculo galáctico de Violeta… Es el lapso 27.000 de la era costelar.
Convulsionados enfrentamientos entre los líderes de las especies colonizadoras del Universo, han desencadenado una serie de eventos que amenazan poner fin a lo conocido.
La única sobreviviente de las batallas de la invasión pandiana, ocurrida en la galaxia de Harónika; lugar donde se detonó está colosal avanzada de exterminio, fue la Guerriana Lairus Kalaira, portadora de la última cadena generadora del orden vital.
Por otro lado los Leorianos han logrado diseñar una zona de equilibrio en la cual podrá regresar el Universo a las condiciones adecuadas que permitirían la existencia.
El equipo de comunicación de los investigadores Leorianos, por medio de sondas estelares captan los llamados de auxilio de Lairus y le ofrecen una ruta que posibilite su llegada a Sardón… El contacto con la sonda que la recogerá, está girando en órbitas a la salida de un sistema de hoyos negros, cuyo comportamiento inestable se precipita… El universo en un ensordecedor sentimiento de incertidumbre, parece agonizar.
Intrépidamente Lairus consigue atravesar el complejo cinturón de hoyos oscuros, pero su naturaleza ha sufrido una letal transformación. La odisea por alcanzar el arribo a Sardón abruma, debido a no conocer los resultados del alineamiento de la cadena de vida con los campos magnéticos del planeta…
¡La tensión es cada vez mayor! Es una tensión mortal.
El avistamiento de la sonda con Lairus abordo obliga a la esperanza… Alguien al interior de la sonda alarga la mano y entrega la cápsula, no sin dejar citar unas palabras de los anales del Planeta Tierra en la desconocida Galaxia de la vía Láctea, cuando el universo aún era muy joven:
– “Les entrego lo que queda en el fondo de la caja de pandora”…
Y sin perder un aliento, como si fuera la última partitura de la mejor de las sinfonías, se dirige el leoriano a encauzar el prototipo… Un silencio casi metafórico invadió el lugar. Sin previsión una potente pero inofensiva explosión de luz, salida desde aquella pequeñísima y elemental partícula llamada vida llenó el Cosmos… Una figura descendía de la sonda… Ella sonrió con placidez, y desvaneciéndose en los brazos del leoriano…
Y Lairus Kalaira dijo: – «Pensé que era el final».
FIN
– Moraleja del cuento: Siempre habrá esperanza.
– Valores del cuento: El valor infinito de entregar la vida para que ésta se mantenga.
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Twitter, Google+,… o por Email, con el botón correspondiente a cada red social. Gracias.
