Cuento Infantil para niños, escrito por: Leonel Moreno
Era se una vez en un bosque un niño llamado Lir, el solía vivir solo en su pequeño hogar, en un hongo. Ahí se pasaba casi todo el día jugando el solo a lo que podía. Siempre se aburría ya que no tenía con quien jugar.
Un día por curiosidad salió y vio que niños como él jugaban juntos y les preguntó:
– «¿Que hacéis?».
Y ellos respondieron:
– «Divirtiéndonos en compañía».
Lir desconocía esa palabra, la cual desde que nació estuvo muy solo porque sus padres fallecieron salvándolo de unos terribles seres que le querían hacer daño.
Lir no necesita comer, porque su único alimento eran los rayos del sol.
Lir para averiguar acerca del significado de la compañía emprendió un viaje sin rumbo fijo. Pasaron semanas y meses y él aún no conocía acerca de la compañía, pero un día en un intento desesperado de poder saber ese significado se perdió en un oscuro y tenebroso bosque. Él prefirió a que amaneciera y encendió una fogata. Se puso a llorar porque se había perdido y él creía que nunca lograría saber el significado de la compañía.
Pasado un rato dos seres luminosos se les acercaron y preguntaron:
– ¿Por qué lloras?».
Lir no contestó de inmediato, ya que no los conocía y tenia miedo. Pero se llenó de valor y les preguntó:
– «¿Quienes son ustedes?».
A los que respondieron: – «Somos tus padres y queremos acompañarte toda la noche».
Lir quedó sorprendido, nunca había conocido a sus padres, pero eso no le impidió estar felices. Sus padres comenzaron a hablar y explicarle todo. Él estaba muy feliz y también comenzó a conversar y explicarle todo lo que había ocurrido hasta que se quedó dormido en los brazos de su mamá, en su cara se notaba la felicidad. Al despertar notó que estaba en su casa y al lado de él había un obsequio de sus padres, era una caja en la cual se encontraba una hermosa fotografía de los tres cuando aún era un bebe. Se puso feliz y notó, que sin darse cuenta ya había comprendió el significado de lo que es la compañía.
A partir de ese día hizo muchos amigos y nunca más estuvo solo. Lir nunca le contó a nadie lo que había sucedido, prefirió guardar el secreto.
FIN
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