Cuento Corto Infantil para niños, escrito por: Daryana y Anahi
Había una vez un lejano y mágico bosque, en donde todos los animales convivían en completa paz y armonía. Todos los habitantes cumplían alegremente con sus actividades diarias, sin embargo existía un pequeño venadito quien ya estaba cansado y aburrido de su rutina.
– «¡Todos los días es lo mismo!» – Exclamó el venadito al dar un pequeño paseo por la orilla del riachuelo.
– «No hay nada interesante para hacer; siempre es comer, dormir, dormir, comer».
El rostro del pequeño animalito se inundó de una tristeza indescriptible.
– «Mi vida se reduce a este tonto bosque. No puedo ir más allá de los límites, no puedo ir a ver lo que es verdaderamente interesante».
– «No tienes que ir más allá de los límites para encontrar cosas interesantes». – Se escuchó una voz desde un árbol, aquella voz sonaba traviesa y amable. El venado volteo a la brevedad para encontrarse con su interlocutor, y lo que vio le dejó sorprendido; aquel extraño que le había hablado era nada más y nada menos que un bonito y esponjoso conejo blanco ojos azules.
El venadito al verlo le dijo:
– «¡Hola! ¿Tú quién eres?»
El conejito contesto: – «Solo pasaba por aquí y sin querer escuchó lo que decías, mi nombre es Gasparin, ¿tu cómo te llamas?».
– «Mi nombre es Reni«.
El venadito y el conejito hablaron largo y tendido toda esa tarde. A Gasparin no le gustaba estaba estar en un solo lugar, a él le gustaba recorrer todo el bosque, conocer, hacer nuevos amigos, divertirse y siempre cambiar su rutina.
Gasparin invitó a Reni a dar una vuelta por todo el bosque, conocer más animalitos, a que se olvidara un poco de su rutina y Reni aceptó. Después de ese paseo en compañía de Gasparin se dio cuenta que no todo era aburrido como él pensaba, que a su alrededor había muchas otras cosas nuevas e interesantes.
Desde ese día Gasparin y Reni se hicieron muy buenos amigos e iban de un lugar a otro juntos, se volvieron inseparables.
FIN
– Moraleja del cuento: La felicidad no está en lo extraordinario; a veces solo falta fijarse bien en las pequeñas cosas de la vida para encontrar la verdadera felicidad.
– Valores del cuento: Amistad. Solidaridad.
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