Cuento Corto Infantil para niños, escrito por: Luchito
Había una vez un zorro que todos los días se metía a un cañaveral a robar los frutos que podía cosechar, aprovechando la ausencia de su dueño.
Un día, el zorro volvió al cañaveral a cometer su fechoría de siempre, pensando que todavía seguía abandonado, pero al parecer oyó constantes ruidos en medio de las cañas. Imaginando que alguien estuviese allí y para salir de dudas, averiguó por los alrededores del terrero. Mientras investigaba llegó por allí un carnero, y al ver inquieto al zorro le preguntó:
– ¿Qé te pasa amigo zorro?
Y éste ocultando su verdadero problema le dijo:
– ¡No me pasa nada!
Sin embargo, la presencia del ovino le hizo cambiar de opinión en ese momento, para convencerlo a entrar al cañaveral a jalar unas cañas, mintiéndole que dicho terreno estaba abandonado para no caer solo en el caso de que llegaran a ser capturados. Y el carnero inocente cayó en la trampa del zorro aceptando asociarse con él para determinado propósito.
Estando ambos dentro, el zorro se desvió por un extremo por donde pudiera escapar si se le presentara algún inconveniente, excusándose con su socio que iba a por ese extremo a buscar cañas más maduras. Mientras tanto, el carnero inocentemente se aceró a la choza donde se hallaba el cañero, siendo oído sus pasos por él, de inmediato salió de la misma a averiguar quien andaba por allí, encontrando al ovino robando sus cañas. De pronto el cañero no dudó en coger un palo para castigar al carnero y le dijo:
– Con que… ¿tú eres el desgraciado que roba mis cañas?
Al ser capturado el ovino se defendió y dijo:
– ¡No es cierto!, es la primera vez que lo hago, ya que un zorro que también anda por aquí haciendo lo mismo y me convenció para entrar a su cañaveral para jalar unas cuantas cañitas. No fue mi intención robarle.
El cañero no lo creyó, muy por el contrario, le siguió castigando más duro y le dijo:
– ¿A parte de ladrón eres un mentiroso?
Mientras tanto, el zorro al apreciar a su socio capturado, decidió abandonarlo a su suerte huyendo del cañaveral, tal y como lo había previsto en caso de algún peligro que se le presentara.
Después de recibir un injusto castigo el carnero, arremetió contra su socio y dijo:
– ¡Maldito zorro, te asociaste conmigo para beneficiarte mientras yo sufría!.
FIN
– Moraleja del cuento: Antes de asociarte con alguien, analiza si éste te pudiera perjudicar.
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