RELATO CORTO Nº IV, ÚLTIMO DE LA SERIE DAUCH
El establecimiento de la frontera, coincidiendo con las cimas de las montañas que los separaban, y la vuelta a dos naciones independientes tuvo un impacto desigual en la población de la isla. Dauch del Norte creía que le iría mejor, al no tener la obligación de trasferir parte de su renta a la población del sur. En Dauch del Sur la nueva situación era aceptada, pero con reticencias. Había sido una decisión democrática en la que ellos no habían participado y que podría cambiar una relación de muchas generaciones, por lo que se dudaba de su valor. Los habitantes del sur entendieron que sería difícil volver a los niveles de prosperidad del pasado, pero aceptarían la nueva situación.
Dauch del Norte celebraba la vuelta al pasado, recuperando sus tradiciones, su moneda y, sobre todo, el idioma que muchos de sus habitantes ya habían olvidado. Pensaban que
pasados los efectos transitorios derivados del establecimiento de la frontera y una vez recuperado el comercio con el sur, todo volvería a la normalidad y mejorarían su nivel de vida anterior.
Dauch del Sur debería tomar medidas urgentes para paliar los efectos que tendrían los menores ingresos sobre sus habitantes, siendo todos conscientes de que la situación iría a peor en cualquier caso. Podrían haber vuelto a su vieja moneda, pero decidieron mantener la actual, aunque su valor, en relación a la del norte, sería decidido cuando se normalizaran las transacciones comerciales entre las dos Dauch.
La vida seguía su curso y el norte y sur se necesitaban mutuamente, por lo que el intercambio debería continuar. El norte necesitaba alimentos que debería seguir adquiriendo al sur, hasta que activaran sus antiguos terrenos dedicados a los cultivos. El sur necesitaba las herramientas que provenían del norte, tan necesarias para mantener su producción agrícola. Parecía que todo iba a ser igual que antes, cuando norte y sur eran una sola nación, salvo las transferencias que fluían de norte a sur. Dauch del Sur era consciente de que debería dar salida a su excedente de producción agrícola a los precios que el norte quisiera pagar, ya que esto era mejor que el almacenamiento sin fin de las cosechas. Por otra parte, Dauch del Norte debería mantener sus fábricas activas, por lo que parte de su producción debería ser vendida al sur, buscando el equilibrio con sus importaciones de alimentos. El sur notaba cómo los cuidados sociales iban a menos mientras en el norte parecía que todo iba mejor, ya que aumentaba su renta por habitante y podían atender nuevas necesidades, como la de preparar terrenos de cultivo.
Pero Dauch del Sur no quedaría impasible frente a esta nueva situación. Como apenas disponían de explotaciones de materias primas necesarias para crear su propio tejido industrial, derivarían población activa hacia la investigación y exploración de yacimientos en las laderas de la gran barrera montañosa. Esto sería posible si disminuían su producción agrícola, ya que ahora no estaban obligados a producir para el norte. Además, habían aprendido a elaborar sus propias herramientas, aunque aún no tan perfeccionadas como las que antes recibían del norte. Tendrían que buscar nuevas fuentes de energía, ya que el pasado les había creado una fuerte dependencia de las fuentes del norte. Dauch del Sur tendría que potenciar otras actividades en las que podrían ser tan productivos como el la agricultura. Así, su producción de alimentos fue disminuyendo hasta no poder satisfacer la todavía gran demanda del norte, que aún no tenía en explotación sus recursos agrícolas. Esta situación permitió al sur controlar los precios y tener acceso a más recursos tecnológicos del norte, que emplearían para mejorar su propia tecnología.
Dauch del Norte no podía prescindir de los alimentos del sur, deberían dedicar más recursos a este fin por haberse incrementado los precios. Por otra parte, intentaban mantener la estructura productiva en funcionamiento para no incurrir en el cierre de fábricas. Toda la producción industrial no consumida debería ir al sur, por lo que se vieron abocados a bajar los precios de sus productos industriales. Aún así, el sur cada vez necesitaría menos producción industrial del norte, al tener poco a poco la suya propia. Por la conjunción de todas estas variables, el norte estaba a punto de entrar en recesión, al no poder dar salida a su producción industrial. Finalmente aumentó la población en paro y con ellos un incremento en la necesidad de nuevas ayudas sociales. Muchos de los parados eran descendientes de los habitantes del sur que emigraron tiempos atrás al norte y que ahora eran acogidos en el sur donde podrían aportar su experiencia y habilidades.
Todo iría a desembocar en un nuevo equilibrio, en el que el norte no era autosuficiente en la producción de alimentos para atender a toda su población y, sin embargo, el sur se estaba haciendo autosuficiente industrialmente, al haber encontrado yacimientos minerales y nuevas fuentes de energía que le permitían cierta independencia energética del norte. Al final, el comercio se limitó al intercambio de alimentos del sur por energía y ciertos minerales del norte. La población del sur, consciente de su potencialidad propia, sus nuevos recursos descubiertos y su capacidad para la producción de alimentos, fue creciendo y mejorando su renta por habitante. Dauch del Norte, por el contrario, disminuía en población y renta simultáneamente, comenzando a añorar el pasado de única nación en la isla.
FIN
Relato corto escrito por: Lucía Nante
Recuerda que puedes recibir cuentos infantiles GRATIS en tu email, suscribiéndote aquí.