Cuento infantil escrito por: Griselda Acosta
Y pasaron muchas aguas, muchas lunas, muchos soles………….
Jack Junior, claro que te quiero y te quiero mucho, hijo lindo, tú eres junto a tus hermanos y tu madre, mi sueño bello— palabras cariñosas, del rey Spunit, a su primogénito, quien nadó a las aletas de su madre, orgulloso de tener a Spunit de padre.
Din, no se acostumbraba, que lo llamaran príncipe del Condado Marino, que en un tiempo pasado, gobernó su tío Dick, sólo se alegraba cuando escuchaba una historia de su tío, o de Anter, el primo aventurero.
Tita, como princesa del reino de su hermano, le gustó atender a los tiburoncitos huérfanos, junto a su esposo, Dan, quien no entendía por qué sus hijos eran tan tremendos, y porque siempre botaban el cereal en la cocina. También ya estaba cansado que sus bebes lo mordisquearan tanto. Tita, no hacía más que reírse, y recordarse de sus tiempos de consentida.
Todos los domingos, Spunit, Din y Tita, acudían al Acuario de los Recuerdos, para llevarle girasoles y tréboles, a sus difuntos padres, Jack y Helen, reconocidos como los reyes más sabios del Imperio Marino del Acantilado del Este.
Tita no se cansaba de leer la placa de sus padres en el acuario real: De tus Hijos, que los amarán hasta la eternidad..
Gracias mamá y papá, por enseñarnos de una forma tan bella, la vida, de hacernos entender, que ser fuerte no es suficiente sin no hay amor. Gracias por enseñarnos que la sabiduría es la mejor herramienta de un gobernante. Mil Gracias por hacernos comprender que el amor y los sueños son posibles. Que el miedo y la incertidumbre siempre van estar con nosotros hasta superar una meta. Gracias por darnos este mar de sueños!
Juntos en el hermoso acuario, recordaron algunos desastres, en especial, cuando se escaparon al Mar del Norte, para ver un pulpo psíquico, quien les dijo a Tita de la muerte de su mascota, a Spunit de su novia Amint y a Din sobre su fracaso en los inventos.
Antes estas palabras, al salir de las consultas con el pulpo no pudieron más que reírse, del fraude, al conversar y entender que por ser Tita, la primera en hablar con el ocho brazos tracalero, supo todo sobre Spunit y Din, ya que a Tita no le adivino absolutamente nada, porque nunca en su vida tuvo una mascota.
Jajjajajjajaja,— se reían hasta más no poder, el trío real, quien no se entristecía por la muerte de sus padres. Entendidos sobre el tema de la muerte, sobre la hora de partir a otras aguas invisibles, tras vivir en el tiempo necesario. Lo extrañaban de una manera controlada, sabia, como sus padres extrañaron a sus abuelos.
Papá, siempre estaba un paso más delante de nosotros, sabía cuando estamos tristes, cuando ya no podíamos con tanta adrenalina encima, se inventaba competencias para todos—recordaba Din.
Y mamá tenía la certeza de enseñarnos a vivir cada tiempo, cada etapa, con felicidad y necesidad, era el amor hecho madre, – dijo Alcidita Valentina DaZ Gourter, nombre real de la princesa, mejor conocida como Tita.
Helen Gourter, la hermosa reina, pacífica del Acantilado del Este, se enamoró a primera vista del Rey Jack, quien también sufrió esta sensación hermosa, no pasaron ni 6 meses, de ese cálido chispazo, para que Jack, fuera a casa de los Gourter, famosos horticultores de algas en la zona- a pedir la aleta, de esta hermosa Tiburona rosada-azul, de ojos verdes inmensos y vivaces.
En este recuerdo, Din, dijo que su galán padre, lleno de flores todo el camino de su hermosa madre, cuando definitivamente le dio el si…….Papá, sólo supo amar a mi adorada madre, quien le respondía igual con mil tequieros y estos tres bombones marinos… afirmación que desató una carcajada de sus hermanos.
Los sueños son el paraíso realizado en la vida, a veces no lo vemos, lo tenemos en nuestras narices y no nos damos cuenta. Cada tremendura de Tita, cada invento fallido de Din, cada miedo de Spunit, en una nueva aventura, representan sueños y logros de Jack y Helen.
Esto lo comprendió Spunit, ya completamente cuando vio nacer a sus hijos, cuando logro el amor de su esposa, pudo entender las mil palabras de sus padres y consejos. El no creer cuando pequeño en los sueños, lo llenaba de muchos miedos, de incertidumbre. La impotencia desapareció cuando comenzó a sentir el fabuloso amor, la pasión de una competencia, la timidez del primer beso. Reconoció lo bello de la vida, y que no era cosas de niños o palabras huecas todo lo que su padre le mencionó sobre el tema de los sueños.
Jack Junior, Tica y Rutnic, hijos de Spunit, era su bello, proyecto realizado, no sólo los tenía por cumplir con su papel en la reproducción de su especie, no lo concibieron por creer en el sueño del amor.
Papá, y cuándo se acaban los sueños—preguntaba inquieto, Jack Junior a su padre—Hijo, creo que los sueños nunca se acaban porque siempre quedan extensiones de esos sueños cuando nos morimos, te explico: el sueño de tu abuelo sigue vivo, a través de nosotros, al igual que su sangre y descendencia. Aunque no lo crea no morimos cien por ciento, siempre dejamos algo de nosotros, algo que haga soñar a otros. Eso es la maravilla de los sueños hijo!!.
Mi bisabuelo, Ramiat, era un rey atrevido, aventurero, guerrero que viajo en más de 6 mares, quien conquistó con sus familiares a punta de dominio y enfrentamientos toda esta bella zona.
El gran Acantilado del Este, lo tenemos gracias a este sueño de tus ancestros, las abuelas Tita y Dorys, se preocuparon por mantener un buen número de descendientes para que nunca faltara un buen rey sabio y fuerte. Igual entendía que éste debía nutrirse era de la maravillosa fuerza celestial, el amor. No eran suficientes las algas, meros, mariscos y toda comida marina existente, un verdadero líder tenía que conocer el amor, fuerza que motiva otras grandes cualidades: el compromiso con su gente, la consideración, la lealtad, amistad, entre otras. El Acantilado del Este, hijo el sueño que debemos mantener vivo. Cuidarlo es nuestra misión. Crear una mejor convivencia cada día es la meta. Escuchar a nuestra gente con paciencia no es fácil, ese el gran reto de un verdadero gobernante. Hay sueños que implican miles de sueños de miles. Como cuando meten distintas figuras sobre otras.
Mi bello, Jack no te preocupes, tus sueños nunca se van acabar tiene mucho por hacer, mucho porque nadar, te quedan mil proyectos, mil conquistas, mil tiburoncitas por conocer y una sola por escoger para que realice el bello sueño de la familia, no es empresa fácil pero si la que te va permitir mantener tus sueños por muchos siglos en este mar de azules, verdes y rosados manantiales -te digo esto hijo, porque yo al igual que tú tenías esos mismos miedos, ten la libertad de hablar conmigo siempre y contármelos que quiero estar ahí para escucharte y abrazarte.
En el solar hay sapo, sapito, que merodean a un ratón, ya le daremos pan, pam- canción de los hermanitos de Jack, quien lo buscaban apresurados para que los ayudara a colocar una trampa en el solar.
Jack, te perdiste ver como el pulpo se comía a un erizo enano—dijo Tica, emocionada a su hermano, quien agarró la cajita que le dio su hermano y rápidamente salió de la habitación.
Yo voy ascender, Rutnic, mientras tú me pasas la trampa, tica no me muerdas vale que eso duele—decía Jack a sus hermanos. Quien esperaba vivir mucho para contarle muchas aventuras a sus nietos y biznietos.
Rutnic, sabía que ya estaba soñando, que ya estaba viviendo, que su vida era parte de muchos sueños de otros, que unos sueños eran plácidos y otros no tanto. Tica era pura acción, sus sueños estaban siempre activos.
Spunit y la bella Amint, los observaban, desde la ventana de su cuarto entre risas y preocupación, sabían que muy pronto vendría nuevas olas, lunas, nuevos soles y ellos tendría que salir a buscar sus amores, su vida, sus sueños…… en el estanque hay un sapito, ton tom!!
Dedicado a mi Hijo Bello, Tomás Isaías, quien nunca deja de soñar!
FIN
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