Cuento Corto para niños, creado por: Maria Antonia LLaneras
Necesitaron casi dos horas para llegar al camino del Puente Viejo, el cual cruzaba el Gran Bosque hacia las afueras de la ciudad donde se asentaban las caravanas de los gitanos nómadas. Llegaban de todo oriente y parte de occidente, los había españoles, portugueses, franceses, muchos italianos, turcos, griegos, indues, chinos, mongoles y todas las tribus rusas del Norte, mas de cinco razas diferentes, todos muy rubios y con ojos negros, una extraña mezcla, una mezcolanza de culturas, razas, artes y costumbres. Los gitanos españoles con sus alegres colores, traían mas de diez niños que cantaban y bailaban al son de una guitarra española vieja y desafinada, otro niño sentado en un cajón negro de madera no paraba de tamborilear.
Las niñas todas muy guapas y morenas bailaban con arte, dando vueltas a sus manos llenas de volantes, el pelo negro estirado con un moño y una flor roja. La gente le encantaba este espectáculo y echaban monedas de plata y oro al platillo del churumbel que colgaba de la espalda de la gitana gorda y oronda.
Los gitanos rusos eran serios y enseguida se ofendían, había que tener cuidado con ellos, eran poco habladores, solo comerciaban con chinos y orientales.
Saray tenia su puesto cerca de la fuente de gua, un buen sitio, lo compartía con alguien que todavía no conocían. Al fin ellas se instalaron y se expusieron su valiosa mercancía al publico. El salmón ahumado era la estrella, se vendió rápido, las mermeladas también y el jarabe de arce con vitaminas e hierro, también tuvo éxito y hubo muchos pedidos para el próximo viernes. Violeta también triunfo con sus coloridos gorros de todos los tamaños, guantes de colores y bufandas de su madre.
Ya casi habían terminado la mercancía, cuando se presento el vecino, un joven moreno, rodeado de pájaros. Se presento impulsivamente bajando del carro de las aves, «sooo–para», «para–«. Le decía al caballo negro y elegante que estiraba de su carromato.
-Hola…como estáis? soy Malik, el chico de los pájaros, mucho gusto. Dijo al tiempo que hacia una graciosa reverencia…
Saray, se quedo estupefacta al ver los pájaros. Había búhos, lechuzas blancas, águilas reales, etc., y muchos pajaritos cantarines que nunca había visto antes, parecían pequeños loritos enanos.
– Hola, ¿como estás? Dijo algo sorprendida.
– Hola, soy Violeta. Se presentó sola
¿De donde vienes gitano? cuéntanos…..
Violeta empezo a hablar como siempre sin parar, mientras el chaval no quitaba ojo a la otra hermosa gitanilla, con esos labios rojos, quien seria?
FIN
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