Como todos los veranos, Carlitos, junto a su hermana y sus padres, iban a la casa de la playa a pasar todo el verano, hasta que Carlitos y Laura comenzaran en septiembre de nuevo el colegio.
La familia solía ir todos los días a la playa así que solían levantarse muy temprano para ponerse en primera fila y no tener ninguna sombrilla delante de ellos.
Sin embargo, ningún día conseguían llegar los primeros, ya que Carlitos era muy dormilón, y aunque tenía un despertador que al sonar despertaba a su vecino, no era suficiente para que se levantara de la cama.
Su madre, cuando veía que Carlitos no se había levantado siempre subía a su cuarto para llamarle y decirle que sino se levantaba se irían a la playa sin él, entonces como un rayo de rápido, se levantaba de la cama…
A Carlitos le gustaba jugar con su hermana en la orilla de la playa, le encanta hacer castillos de arena, sin embargo, sus padres no le dejaban ir porque su sombrilla estaba de las últimas y desde ahí no podían verlos.
Carlitos se enfadó mucho con sus padres y estuvo durante toda la mañana sentado bajo la sombrilla mirando hacia el mar sin mediar palabra.
Mientras que estaba sentado, Carlitos estaba pensando en el hombre que tenía una sombrilla de colores y que estaba en la primera línea de sombrillas. Y se decía a él mismo,»ya podía ser mi sombrilla la que estuviera allí en lugar de la sombrilla de colores de aquel hombre«.
De repente, una fuerte racha de viento provoco que la sombrilla de colores de aquel hombre saliera volando por toda la playa. Así que, Carlitos se levanto y corrió a poner su toalla en primera línea para jugar con su rastrillo y su pala.
Cuando pasado un buen rato regresó el hombre, tras haber recuperado su sombrilla de colores, se llevó una sorpresa, le habían quitado su sitio…
«Pero niño, ¿qué haces aquí si es mi sitio?» le preguntó el hombre.
Entonces, Carlitos le respondió: «pues como se ha ido, y no había nadie me he puesto yo»
El hombre al escuchar decir eso a Carlitos, se enfadó muchísimo, pero se controló y le dijo: «me levanto a las 8 de la mañana para venir a poner mi sombrilla y poder disfrutar toda la mañana de las vistas que tengo desde mi sombrilla, ¿a qué hora has llegado tú?»
Carlitos se quedó asombrado de lo que madrugaba el hombre para colocar su sombrilla de colores en la playa, y ahí fue cuando se dio cuenta que para conseguir las cosas que quieres tienes que esforzarte, tal y como hacía ese hombre levantándose tan temprano.
«Lo siento, yo pensaba que podía ponerme en este sitio«, le respondió Carlitos, recogiendo sus cosas, para volver a su sitio.
Al día siguiente, cuando sonó el despertador de Carlitos, no tuvo ninguna pereza en levantarse, pues aprendió que se debe esforzar para conseguir lo que desea.
FIN
Accede a la tienda, para comprar nuestros productos exclusivos.
Hola María, nuestros cuentos no son incompletos, si no no serían cuentos. Si no te gustan nuestros cuentos, no hace falta que nos visites, pero esperamos que hayas sacado alguna enseñanza de ellos por lo menos. Un saludo y si algún día nos quieres dar una segunda oportunidad, aquí estaremos fomentando la lectura en los niños de forma gratuita.
no me gutan estos cuentos por que son inconpletos y no se por que per0 SON UNA FARSA TOTAL NO SE COMO LE GUSTA A LA GENTE BUUUU
Pingback: THE BRIGHTLY COLOURED BEACH UMBRELLA
Buenos días Maria Esther!! Gracias por visitar nuestra página web. Todos los cuentos que publicamos están completos, si en alguna ocasión no te aparece el final, puedes darle a las siguientes opciones: «Me Gusta» Facebook, Twitter, Google+ ó esperar unos segundos hasta que aparezca. Esperamos que te gusten mucho.
Que tengas un feliz día!!!
Q bonito cuento, así deverian de pasar todos, completos
Pingback: LA SOMBRILLA DE LA PLAYA | Dibujos para colorear
Pingback: Bitacoras.com