Cuento Infantil para niños, creado por: Raúl Simao Ferraz
Esta es mi historia, la historia de una tortuga sin miedo, una tortuga sin miedo que quería aprender a volar.
No voy a decir que no sentía el miedo, voy a decir que era valiente; y sus ganas de volar, eran por mucho, más grandes que el miedo a intentarlo.
Todas las mañanas después de comer se iba a la playa, ahí caminaba lentamente sobre la arena, sintiendo cada grano entre sus patas, trazando siempre el mismo camino hasta llegar a la misma piedra donde acostumbraba pasar largas horas.
Desde ahí podía sentir la inmensidad del mundo, la bahía se bañaba eternamente y sin descanso de mar, el viento susurraba a los oídos de las montañas música del fondo de la tierra y ella robaba algunas notas para sí.
Pero lo que más le gustaba era ver a las aves suspendidas en el aire, formando parte del paisaje y a la vez tan ajeno a él. Simplemente con sus alas extendidas de par en par y dejándose llevar, ¡nada más!
– Seguramente saben algo que yo no sé, pensaba la tortuga.
Pensaba que algún día podría descubrir tan maravilloso secreto, sabía que descubrirlo le haría ver el mundo de otra manera, si pudiese sentir esa libertad de la brisa, estaría más elevado.
Una mañana se le montó en su caparazón un pequeño pájaro que le preguntaba incesantemente:
– ¿Porqué vienes aquí todos los días y te paras sobre la misma piedra?¿Por qué eres verde?, ¿de dónde vienes?, ¿Cuántos años tienes?, ¿Por que eres tan viejo?
La tortuga no podía verla, solo podía escucharla y apenas sentir el peso de sus paticas.
– Solo vengo a verles volar, es increíble que puedan hacerlo. – Le respondió la tortuga. El pajarito bajó del caparazón y empezó a rodear a la tortuga con una curiosidad nunca antes sentida:
– ¡No puede ser que seas tan grande y no sepas volar! ¿Nunca has volado?. Yo desde que me acuerdo siempre he volado.
– No sé cómo hacerlo, mi cuerpo es muy pesado y ¡no tengo alas!. – Dijo la tortuga.
La pequeña ave, volaba y volaba a su alrededor, parecía que bailaban y la veía desde lo lejos y se acercaba, mientras la tortuga estiraba el cuello, tratando de seguir su bailar.
– ¡Sígueme! Te esperaré en la cima de aquella montaña.
Y sin decir más partió en vuelo, la tortuga sin pensar en nada, sin duda, sin volver a su antiguo camino, tomó rumbo a aquella lejana cita. Atravesó por lugares donde jamás había estado, vio cosas que nunca antes había visto y escuchó sonidos totalmente nuevos para ella.
Por fin, después de mucho esfuerzo, logró llegar a lo más alto de la montaña, donde le esperaba el pajarito. Llevaba la cabeza baja viendo el suelo, tenía los ojos cansados por la dificultad del camino; pero enseguida reconoció las patas del pajarito y levantó su mirada.
– ¿Estás lista para volar?
La tortuga quedo inmóvil, encantada con su irreverencia, disfrutando de la belleza de sus alas y cegada por la cortina que éstas formaban frente a sus ojos.
– ¡Da unos pasos adelante!, camina hasta que yo te diga, ¡ahí!, ahora, ¡cierra los ojos!
El ave se apartó, dejando tras de ella la vista más hermosa que podía tener la playa desde las alturas.
– ¡respira profundo!, ¡siente el viento en tu cara!. Le susurraba cerca del oído mientras volaba sobre ella, – ¡ahora, abre tus ojos! Y ¡disfruta tu vuelo!
Su cuerpo ya no parecía tan pesado, podía sentir la fuerza de la brisa entre sus patas como si de alas se tratara. A lo lejos podía distinguir la piedra donde siempre se posaba a ver volar, era tan bello el paisaje, tan azul, tan arena, tan verde. Su vida desde las alturas también se veía hermosa, tan parte del paisaje y a la vez tan distante.
– Nunca te hagas expectativas de nada, deja que el mundo te sorprenda. Le decía el pajarito.
Entonces por primera vez entendía aquel maravilloso secreto, por primera vez sintió comprender aquella felicidad.
Pararse en la playa, desde su piedra, nunca más fue lo mismo, ahora veía a las aves y podía volar con ellas. Solo necesitaba cerrar sus ajos y sentir la brisa atravesar su cuerpo, como si fueran alas. Podía sentir los colores, los olores, los sonidos que la rodeaban, siendo tan pequeña se sentía parte de aquella inmensidad. Y sobre todo, nunca dejó de sentir aquella suave voz que le susurraba entre sonrisas al oído; – ¡disfruta tu vuelo!
Haciéndola sentir desde entonces, irremediablemente, feliz.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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Hola… me gusta este tipo de cuentos porque en ellos hasta hoy no he encontrado antagonistas, que claro en algunos momentos le da un toque especial a la historia pero hay que eliminar un poco la parte negativa y rodearnos mas de un sentido 100 % positivo y en ellos lo he encontrado y saben se los leo a mi bebe que lleva 3 meses de gestacion y es maravilloso compartir con el lecturas con este sentido… saludos; que mas me recomiendan????…
Hola, me gusta la página y los cuentos muy lindos. Solo que este aunque no lo crean es un cuento de 2do ó 3ro de primaria o de cuarto, solo que en vez de un pájaro es un águila quien le da el paseo. Y la moraleja es diferente por eso me gustó. Recordé algo de mi infancia y este lo puedo leer a mi nieta. Gracias por este sitio para sentirnos como niños de nuevo.
Hola Tatiana!! Muchas gracias por tu bonito comentario. Nos alegra mucho que te haya gustado.
Seguiremos publicando cada día más cuentos infantiles con valores humanos para que los niños tengan una buena enseñanza.
Un saludo
Hola!!! Quería felicitarlos por esta pagina!!! Son cuentos muy hermosos!!! Caparazón con alas es realmente muy tierno…deja una enseñanza muy linda para niños y adultos!!! Hay que perseguir los sueños y luchar hasta alcanzar lo que queremos!! puede estar muy cerca!!! Gracias saludos!!!
Hola! Gracias por visitar nuestra página web. Si escribes poesía y relatos cortos para adultos, quizás puedas escribir algo para niños?? Nos encantaría recibir una poesía creada por ti. Nosotros la publicaremos lo más pronto posible y así miles de niños y mayores podrán disfrutar leyéndola, seguro que gusta mucho.
Anímate!!
Excelente reflexión, la que comprendo no sólo para niños puede servir. Por mi parte admiro quienes pueden transmitir conocimiento a los más pequeños. Yo escribo poesía y relatos cortos para adultos.
un cálido saludo♥