Cuento Infantil para niños, creado por: José Juan Cobos Sánchez
Un día, me levante temprano, como de costumbre, para realizar tarea. Al terminar la tarea me arregle para ir a la escuela secundaria. Al pasar el portón, de pronto me sentí muy feliz, ni siquiera sabía de donde provenía.
– ¿Será la escuela?, – me pregunté. – Será la secundaria aquella que me hizo sentir tan feliz, ¿aquel lugar donde me gusta ir a aprender?
Al poco tiempo me topé a unos amigos , decidí saludarlos y me preguntaron:
– ¿Por qué estas tan feliz?
– A lo que respondí: – No lo sé. – Y me aleje de ellos.
Subí al salón, al subir vi que los jóvenes se venían empujando. Al entrar al salón, los bancos volaban, llovían bolas de papel y el sonido zumbaba en los oídos. Al ver venir el profesor, todos los alumnos se pusieron a…
Al entrar el profesor al salón, todo estaba impecable, el profesor no sabia nada de lo que había pasado, yo pensé, que con la capacidad que tienen, si le dieran el mismo uso que yo, serían mejores alumnos.
Al día siguiente vi a mi hermano menor, lloraba porque no quería hacer la tarea ni tampoco ir a la escuela; entonces recordé cuando yo tenía su edad, era muy alegre y me sentía feliz al ir a la escuela, hasta lloraba cuando no podía ir, y me puse a reflexionar…
De nuevo en la escuela, en el salón al salir el profesor todos empezaron un desorden y un descontrol total, pensé que nos estamos convirtiendo en jóvenes, nos estamos haciendo ignorantes, no, ya somos ignorantes, ¿porqué?, deberíamos mejorar y no lo hacemos, en su lugar empeoramos, debemos comportarnos bien, todos tenemos suficiente capacidad. Después lo comente, pero siguieron haciendo desorden, pareciera que les entró por un oído y les salió por el otro.
Al siguiente día tuve una sensación extraña, después de pasar al salón sentí escalofríos, todos estaban callados, al poco tiempo comenzó a llover cada vez más intensamente, de pronto … se empezó a abrir el suelo, los salones se hundían, se escuchaban los gritos agonizantes, todos corrían del susto, muchos cayeron de las escaleras, otros eran pisados por los demás al tratar de escapar en vano, solo yo, quien salió primero al poner atención, traté de ayudar a los demás de esa catástrofe y pocos salieron.
Al poder escapar, llamé a todas las autoridades para que fueran a la escuela para rescatar a todas las personas que ahí se encontraban. En cuestión de minutos la policía, bomberos y medios de comunicación, habían llegado.
Yo pude salvar a todos, si se lo hubiera dicho antes me hubieran tomado como loco y no me hubieran hecho caso, en fin no habría servido de nada .
Nunca olvidare esos días de escuela.
FIN
– Valores del cuento: Responsabilidad
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Es una escuela de cuentos porque me encantaría estar. Pero si es de plata si es gratis es mucho mejor.
me encanto el Cuento «un sueño triste » fue muy sencillo hacer entender a mis dos hijos, el verdadero valor del compañero de juego y de la dicha que ellos tienen para sentirse felices porque así pueden compartir los momentos maravillosos del día a día. Gracias por ayudarnos a nosotros los Padres a tener siempre un Puente de Comunicación con nuestros Hijos, consolidando así nuestros lazos fraternales y mostrando el interés por ellos, si realmente nos preocupa la situación social pero cual es la manera correcta de actuar y revertir … quien no quiere vivir en una sociedad sin delincuencia, LEYÉNDOLE A SU NIÑO QUINCE MINUTOS DIARIOS DE LECTURA ESTARÁ TRANSFORMANDO Y formando una nueva sociedad.