Había una vez, un músico llamado Jonás, que componía canciones en su casa. Para ello, tenía su propio equipo de grabación, incluidos los micrófonos y unos altavoces nuevos que acababa de comprar. Todo su equipo lo tenía dentro de una sala, a la que él llamaba «sala de música«.
Un día, estaba Jonás grabando un nuevo tema musical en la sala de música, cuando en uno de los altavoces sonó un ruido muy extraño.
Jonás no le dio importancia, afinó sus instrumentos de nuevo, y siguió componiendo música.
Pero, al rato, volvió a sonar ese mismo ruido peculiar, «es como si alguien estuviera dentro del altavoz«, pensó Jonás. Y volvió a revisar los altavoces y a afinar los instrumentos, sin encontrar nada.
Jonás siguió componiendo música, y durante un buen rato todo sonaba armónicamente, hasta que volvió a sonar el ruido, pero esta vez Jonás vio como salía una pequeña lengua del altavoz, y supo que allí dentro había alguien…
Jonás tramó un plan para atrapar al que se estuviera escondiendo en el altavoz, y se colocó cerca de él mientras siguió tocando sus instrumentos. Cuando volvió a sonar el ruido misterioso, Jonás estaba preparado y cogió la lengua del misterioso ser que se escondía en el altavoz.
«¡¡Te pillé!!«, gritó Jonás, que había cogido la lengua, como si sus manos fueran pinzas de un cangrejo.
Cuando Jonás tiró de la lengua para sacar al intruso del altavoz, se quedó sorprendido de lo que salió tras la lengua… «¡Un duende!!«, gritó Jonás asustado. Efectivamente, lo que salió del altavoz era un duendecillo verde.
Jonás, desconcertado, le preguntó: «¿Qué haces metido en el altavoz?»
A lo que el duende verde contestó: «Es una larga historia, pero te la resumiré. Hace mucho tiempo pertenecí a una banda de música. Yo era el famoso duende batería… Pero un día, los miembros del grupo nos enfadamos y nos separamos… A partir de ahí cogí una depresión y me metí en este altavoz para olvidarlo… El ruido raro que oías eran mis llantos, llevo varios años llorando en el altavoz, pero no ha solucionado nada…«.
«Pues sí, encerrarse y llorar no soluciona nada, has perdido mucho tiempo ya… Pero no te preocupes porque tengo una gran idea«, le contestó Jonás.
«Yo soy compositor de música electrónica, pero había pensado en contratar a un batería para hacer un grupo especial, vas a ser mi nuevo compañero de grupo..«, le dijo Jonás.
El duende verde se puso muy contento y feliz porque había encontrado un nuevo amigo, que le había enseñado a disfrutar de la vida y no hundirse cuando algo sale mal.
«Jonás y el duende músico» fue el grupo de moda durante muchos años en todo el mundo, y fueron los mejores amigos durante toda su vida.
FIN
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y muy bien nombre para ese cuento
es muy lindo pero ustedes las personas no creen que es como un poco largo haaaaaaaaaa.