El perro Jaski vivía en la calle Preciados en Madrid, siempre había vivido ahí. Desde que su amo murió en esa misma calle por un accidente de moto, él no se había separado de ese lugar.
Durante este ultimo año solía jugar y pasar el rato con un mendigo que frecuentaba la calle Preciados. El mendigo quería mucho a Jaski, comían juntos todos los días, le lanzaba una pelota para que jugara con él y muchas cosas más.
Un día la vida del mendigo cambió por completo, ya que empezó a gastarse el poco dinero que tenía en comprar bebida. A partir de ahí, la actitud del mendigo ya no era la misma… Jaski, notó que el mendigo estaba muy raro con él, que ya no le hacía caso, y se preguntaba por qué no podía ser todo como antes.
Un día, Jaski, paseando por su calle, la calle Preciados, vio a su amigo, el mendigo, tirado en el suelo y sin poder moverse. Jaski empezó a lamerle la cara para que despertase, pero no lo hacía. Entonces, fue corriendo a un puesto de policía cercano y ladró sin parar para atraer la atención de un policía y llevarle hacia el mendigo. Jaski lo consiguió y vio como poco después llegaba una ambulancia que el policía había llamado.
El mendigo se recuperó en el hospital y allí le contaron las enfermeras que el perro Jaski le había salvado la vida.
El mendigo volvió a la calle Preciados y buscó a Jaski para no separarse de él jamás.
Ahí fue cuando el mendigo se dio cuenta que había cometido un error al elegir ese camino, por lo que volvió a su vida de antes, pues supo entonces, que los amigos hay que cuidarlos, y que los que nos quieren, estarán siempre a nuestro lado.
FIN
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me encantó mucho el cuento. Este es mi primer comentario giles
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esso es largo pues es mi editor faborito
hay que lucer q esta este cuento
es muy bonito todos deberiamos de ser como el perrito jaski
eso si es verdad olgan tengo facebook puedes agregarme reall pamela namah ese es adios
Ojalá todos los humanos fueramos como Jaski…