Cuentos cortos-el hada del bosque

ARIADNA QUIERE VOLAR

Cuento Infantil para niños, escrito por: Carmen Pérez

Esta es la historia de una niña que se llamaba Ariadna. Su mayor ilusión era volar como los pájaros. Soñaba que subía a lomos de un gran águila y bien agarrada a su cuello volaban sobre bosques, montañas y ríos. Con sus pequeños brazos extendidos corría por el jardín diciendo:

– Estoy volando, volaaando, volaaaaando.

Cuentos cortos-el hada del bosque

Ariadna decoró su habitación con fotos de águilas de enormes alas extendidas, de planeadores blancos con largas alas lisas y muchas nubes. Cuando el tiempo era malo para correr por el jardín soñaba tumbada en su cama que pilotaba un planeador entre mares de nubes haciendo carreras con grandes águilas.

Un día leyó en una revista que allí mismo, en las afueras de su ciudad, había una escuela de vuelo libre. Estaba entusiasmada y corrió a hablar con su papá y su mamá para apuntarse.

– Qué cosas más absurdas dices. – Respondió su papá. – Tú no puedes aprender a volar, eso es cosa de chicos.

– Baja ya de las nubes.  – Dijo su mamá. – Ya es hora de que olvides esas fantasías infantiles, te estás haciendo mayor y tienes que aprender a ser una mujercita de provecho.

Ariadna se fue muy triste a su habitación.

– Cosas de chicos, ¿por qué? – Pensó la niña. – Mujercita de provecho, qué querría decir eso.

Unas lágrimas resbalaron por sus mejillas, mezcla de rabia y tristeza. De pronto una luz muy extraña iluminó la estancia y ante sus ojos atónitos apareció una auténtica Hada Madrina, con varita mágica y todo.

– ¿Por qué lloras, Ariadna?, – Le preguntó.  – Yo soy tu Hada Madrina y cuando he visto lo triste que estabas he venido corriendo, me tienes preocupada.

– ¡Eres un Hada Madrina de verdad!. – Exclamó incrédula la niña. – Yo creía que era cosa de cuentos.

– Pues claro que soy un Hada, todos los niños y las niñas tienen sus hadas para ocuparse de sus sueños. Pero dime, ¿qué te pasa?.

– Yo quiero volar y papá dice que es cosa de chicos y mamá dice que eso no es ser una mujercita de provecho. No entiendo nada de lo que dicen.

No te preocupes más. No hay cosas de chicos ni de chicas, sólo hay cosas que se desean de verdad, y esas cosas siempre se cumplen. Para eso estamos las Hadas. Así que observa mi varita mágica y deja de llorar.

Y el Hada extendió su brillante varita mágica hacia la foto del planeador preferido de Ariadna y en un abrir y cerrar de ojos allí estaba ella, sentada en la cabina de un auténtico planeador de largas alas blancas.

– Felices vuelos. – Dijo el Hada esparciendo abundante polvo mágico de mil colores sobre el avión resplandeciente. Y desapareció silenciosamente.

Ariadna sintió cómo despegaba del suelo y como si lo hubiera hecho toda la vida, supo lo que tenía que hacer para pilotar. Y voló hasta las nubes, por encima de montañas, bosques y ríos. Saludó al águila y volvió a casa, donde ahora había un enorme campo de aterrizaje y un hermoso hangar para guardar su avión. Aterrizó suavemente. Papá y mamá le estaban esperando y con lágrimas en los ojos le abrazaron felicitando su maestría. El Hada les había tocado también con su varita mágica y ahora comprendían a su pequeña niña voladora. Y Ariadna fue una experta piloto y voló toda su vida, pero además nunca dejó de ser una mujercita muy femenina y desde luego, una auténtica “mujer de provecho”, aunque ni ella ni yo sabemos muy bien qué es eso.

FIN

– Moraleja del cuento: No hay cosas de chicos o de chicas… todos podemos hacer lo que soñamos si lo deseamos de verdad.

– Valores del cuento: La fe en uno mismo. Confianza. Esfuerzo.

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Resumen

Cuento Infantil de una niña que pudo cumplir su sueño, que era volar. Un hada madrina le ayudó y pudo ser muy feliz junto con sus padres que la querían.

3.5
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