Cuento Corto para niños/as, escrito por: David González Serrano
Hoy vamos a contar una historia, que tuvo lugar en un pequeño pueblo llamado Villagrande de los Cabezones, un lugar muy pintoresco, donde los abuelos montaban en moto, las abuelas jugaban a los bolos y los niños tenían pájaros de papiroflexia.
En la casa roja, en la esquina de la izquierda, vivían nuestros protagonistas, el gato Lucanor y un ratoncito llamado Don Gervasio.
En una ocasión Lucanor estaba muy triste, los niños de la casa le daban muchos mimos y comía una suculenta comida, pero necesitaba para ser feliz comerse a ese pequeñito ratón llamado Don Gervasio.
Para conseguirlo se escondió y esperó a que saliera de su escondite y…
– «Por fin conseguí lo que tanto deseaba». – Dijo Lucanor.
Y Don Gervasasio dijo muy asustado: – «¡No por favor, no me comas!»
– «Oh sí, lo necesito para ser feliz, eres tan gordito y sonrosado..»
– «Pero una vez que me comas, ¿dónde estará la diversión?, ¿que harás después?». – Dijo Don Gervasio.
Lucanor se quedó pensativo y dijo: – » Pus no lo sé, ¿que podría hacer?, tengo de todo, los amos me compran juguetes y me hacen cosquillas bajo la barbilla, ¿que más pudiera desear?, solo me faltas tú».
Don Gervasio le dijo: – «¿Tú crees? yo creo que hay una cosa que te haría inmensamente feliz. Y lo sé porque más de una vez e visto que lo mirabas con gran deseo».
– «¿Yo? ¡Te exijo ahora mismo que me digas lo que es!» – Dijo muy impaciente Lucanor.
– » Pués… El otro día Doña Cleopatra estaba haciendo un jersey para Rigoberto, y tú contemplabas ese gran ovillo de lana naranja, tan suave y esponjoso».
– «Oh si, ¡me encantaría tenerlo! , pero lo guarda en lo alto del armario, no llego hasta allí aunque salte».
– «Si me sueltas y no me vuelves ha hacer nada, prometo que conseguiré ese ovillo para a ti». – Dijo Don Gervasio.
– «¡Siiiiii! me encataría».
– «Trato hecho»
Nuestros dos personajes chocaron sus patas, y prometieron cumplir cada uno con su parte del trato. Desde aquel día, Don Gervasio y Lucanor fueron los mejores amigos y compartieron un montón de aventuras.
FIN
– Moraleja del cuento: Hablando se puede resolver cualquier problema.
– Valores del cuento: No hay barrera que no supere la amistad.
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Bonito cuento!