Cuento Infantil para niños y niñas; escrito por: Francis Rietveldt de Arteaga
Había un parque hermoso con muchos árboles de diferentes tipos, que daban mucha sombra porque eran frondosos, al que asistían muchas personas, especialmente niñas y niños con su familia.
Se podían apreciar plantas tropicales exóticas, también había palmeras y cipreses, entre otras especies. El paisaje incluía arroyos naturales , laguitos y cuevas.
El parque disponía de varios senderos, a lo largo de ellos había estanques y laguitos con peces de diversos colores y tamaños. Las personas que asistían al parque se deleitaban contemplando la vegetación y los peces y tortuguitas que vivían en los laguitos.
Pero el lugar favorito de los niños que acudían al parque era el mini zoológico de contacto. Este consistía en un pequeño espacio, en el cual siempre había pequeños animales de granja.
Un día domingo en el que muchos niños estaban de visita (con sus respectivas familias, por supuesto) los animalitos que se encontraban en el mini zoológico de contacto, eran unos chivitos pequeñitos, a ellos también se les denomina cabritos. Los chivitos estaban muy contentos de ver tantos niños y uno de ellos, que se llamaba Chocolate por unas manchas marrones que tenía, estaba tan alegre que empezó a dar saltos.
Al domingo siguiente, Chocolate se sentía feliz, porque nuevamente pudo estar en contacto con los niños y sentir que lo acariciaban y jugaban con él.
Saltaba y brincaba de un lado a otro, pero de pronto se golpeó una pata e inmediatamente comenzó a cojear.
El cuidador al percatarse de lo ocurrido, corrió a buscar al cabrito y lo metió en una parte del corral, donde no podía estar cerca de los niños y menos podían acariciarlo. Chocolate, se puso muy triste y se pegaba como podía a la cerca de madera que lo separaba de los niños visitantes. Chocolate manifestaba su tristeza bailando.
El aislamiento de Chocolate, el cabrito del zoológico de contacto, duró solo una semana, tiempo suficiente para que su pata se recuperara, pero a Chocolate le pareció una eternidad.
Chocolate permaneció en el parque hasta que creció y tuvo su mayoría de edad, cuando lo llevaron de vuelta a la granja donde nació, pero Chocolate nunca olvidó los felices días que permaneció en el zoológico de contacto.
FIN
**Este cuento ha sido escrito pensando en los más pequeños, es decir en los niños, quienes cada día nos ocupan momentos de nuestra vida, para alegrarnos y observar en ellos el milagro de vida que a cada instante ocurre.**
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Twitter, Google+, Pinterest,… o por Email, con los botones que puedes ver justo debajo. Gracias.
SE ME HACE MUY APROPIADO PARA LOS NIÑOS, LA VERDAD
Todos los cuentos están muy bonitos para compartir con mis alumnos, muchas gracias por estos. Dios les bendiga y sigan adelante.
Estupendo trabajo de redacción, me servirá para trabajar con los niños, seria bueno producir más.
Me parece muy apropiado para los niños.
Tierno cuento para niños. Me gustó.