Cuento Infantil para niños y niñas; escrito por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Carlota era una niña de cinco años que acababa de tener un hermanito hacía un par de meses. Ella estaba encantada con su hermano, al que consideraba su bebé de verdad, y le gustaba mucho estar con él y darle besitos en los pies tan pequeños que tan rápido se movían.
Un buen día, Carlota estaba jugando con sus muñecas a que estaban en la asamblea de clase, y de repente su hermano empezó a llorar sin parar.
Muy asustada, Carlota enseguida fue a ver lo que le sucedía, su mamá estaba en la terraza tendiendo la ropa y no estaba oyendo al bebé, así que Carlota muy rápidamente fue a avisarla, y ambas salieron corriendo para ver qué le podía haber pasado.
Un muñeco de peluche que colgaba del móvil que tenía encima de la cuna, había caído sobre la carita de su hermano, y éste se asustó tanto que no podía parar de llorar.
Cuando se tranquilizó en brazos de su mamá, lo volvió a dejar en la cuna para que descansara después del berrinche que había tenido, y Carlota decidió quedarse a su lado cantando villancicos hasta que se durmiera.
Enseguida el bebé dormía plácidamente, Carlota lo arropó con el edredón de renos y trineos, y fue a decirle a su madre:
– «Mamá, el bebé se ha dormido mientras le cantaba villlancicos. A mí también me gustan mucho, pero nunca cantáis porque os da vergüenza».
Cuando la madre de Carlota la oyó decir aquello, enseguida se le ocurrió una idea excepcional. Era verdad que les daba vergüenza cantar, pero no por ello su hija se iba a quedar sin escuchar villancicos y música de Navidad.
El día de Santa Claus, Carlota tenía bajo el árbol un único regalo. Se trataba de un sobre rojo con un lazo verde, que contenía una nota en su interior:
– «Querida Carlota, este regalo es muy especial para tí. Es una entrada familiar para el concierto de Navidad en el auditorio nacional de música. Espero que lo disfrutes en la mejor compañía. Firmado: Santa Claus».
Carlota no sabía qué hacer de la emoción que la embargaba, y cuando se tranquilizó, enseguida fue a dar un beso a sus padres, para hacerles partícipes del regalo que Santa Claus le había dejado sin pedirlo.
El día del concierto de Navidad, Carlota era la niña más feliz del universo, estaba con sus padres escuchando música clásica que le encantaba y tarareando villancicos al mismo ritmo que la orquesta. A partir de ese día, le cantaba con más sentimiento a su hermano, y el bebé al poco tiempo comenzó a emitir sonidos y a reírse mucho, cuando escuchaba a su hermana cantar.
FIN
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Buenos días Beatriz. Muchas gracias por tu comentario, nos alegra mucho que te haya gustado el cuento que hemos publicado. Puedes compartirlo con tus amigos para que ellos también disfruten leyéndolo.
Feliz día
es un cuento inteligente, porque induce a los niños a enseñarles música y a disfrutarla. Aparte de ser un cuento sabio es hermoso y también los lleva a no solo a sentir la música
si no a transmitirla. BETTHY
es un cuento precioso