Cuento Corto para niños; creado por: Ulica Tizaber
En un país un poco lejano habitaba un hada madrina que se llamaba Nagore. Las hadas madrinas que eran hermanas suyas llevaban una vida muy sencilla, sin salidas del país ni actividades extraordinarias, pero Nagore era una hada inquieta y quería hacer algo diferente.
Una noche mientras sus hermanas dormían, salió del gran árbol en el que residían, con una botella de agua, unas alas nuevas y un frasquito con polvos de hada para volar en caso de necesidad.
Nagore estaba decidida a irse de vacaciones, aunque no sabía muy bien lo que significaba eso, pero veía como los humanos preparaban maletas y artilugios que pudieran necesitar en el tiempo que estaban fuera de sus casa, y Nagore estaba imitando esos comportamientos, aunque no se daba cuenta de que ella no era humana, sino una hada madrina.
El destino que tenía pensado era una playa, hacía unos días vio en la guía de viajes de unos señores, un lugar muy apetecible con agua y arena, y vio que se llamaba Costa de la Luz, le llamó la atención, y con un poco de polvo de hada y concentrándose mucho, memorizó el camino en su cabecita.
Así que con la ruta en mente, partió de su casa con mucha ilusión y energía. A mitad de camino paró a comer algo y a cambiarse de alas, porque tenía que cruzar un río y decidió ir volando, ya que si iba en barca llamaría la atención demasiado. Cuando llegó a la otra orilla del río, se desmayó por el calor que hacía. Al despertarse vio que estaba en un lugar conocido para ella, unas hadas con alas vaporosas y con brillantina la miraban sonrientes. Sus hermanas la habían rescatado del lago al que había caído al desmayarse, y estaban preocupadas por recuperarle las alas y el polvo de hada que con el agua se había quedado inservible.
Nagore entendió que cada ser vivo en este mundo tiene su lugar, y que un hada madrina tiene que estar con sus hermanas en su gran árbol. También comprendió porqué las otras hadas no salían de vacaciones, ellas sólo le dedicaban a velar por los sueños de los niños y sus ilusiones, y a batir las alas cuando alguien quería que se cumpliera un deseo.
Esa experiencia le sirvió a Nagore para madurar y aprender de sus hermanas mayores, y desde entonces se convirtió en el hada madrina más sensible a los sueños de los niños y la que más deseos cumplía cuando batía sus alas mágicas.
FIN
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Google+ y Twitter con los botones que encontrarás al final del cuento. ¡Gracias!
bien, me alegra que les haya gustado mi comentario.
Estuvo bien para mi, es todos tienen un lugar en su vida y si una persona o animal sale de su habitad pueden lastimarse.
yo no creo que sea malo el cuento
Buenos días!! Gracias por visitarnos
El cuento está completo, si no te aparece el final, tienes varias opciones: Darle a «Me Gusta» Facebook, Twitter, Google+ ó esperar unos segundos hasta que aparece entero.
Esperamos que te guste mucho
el cuento tendria que estar entero
bueno el cuento