Cuento Infantil para niños/as; creado por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Agustín era un mago muy viejito que vivía en el tronco de un árbol de un diminuto bosque mágico. La magia que Agustín sabía, la había aprendido de su abuela Corín que con su chistera era capaz de sorprender a todo tipo de público.
La chistera de Corín era el amuleto de Agustín, el mago iba siempre con el sombrero a todas las actuaciones de magia que daba, e incluso a dar un paseo para despejarse. El único momento en que la chistera no estaba con Agustín era mientras dormía.
El mago se había acostumbrado a llevar su chistera en la cabeza, y parecía que en sus números de magia le daba suerte y energía para seguir adelante si algún truco no le salía bien del todo.
Un buen día, Agustín como hacía todos los días, se fue a dormir sin su chistera, y en mitad de la noche se despertó sobresaltado por la pesadilla que estaba teniendo. Una ardilla vecina de su árbol, le había quitado la chistera y había empezado a roerla por la parte del ala. En ese momento, agustín se despertó y como un cohete fue a buscar la chistera.
¡No aparecía por ningún sitio!.
Se asustó mucho y empezó a temblar, pensando que si no encontraba su preciado amuleto, ¡nunca más podría hacer magia!. Entonces cayó en la cuenta de que el sueño que había tenido podía ser cierto. Fue corriendo a llamar al timbre de su vecina la ardilla, y ésta le abrió con cara de pocos amigos y de mucho sueño.
– «Vecina, ¿has visto mi chistera por ahí?», – le preguntó muy enfadado Agustín.
La ardilla algo contrariada, contestó: – «Me has despertado mago, no he visto nada, yo estaba durmiendo plácidamente cuando has llamado al timbre».
Agustín no sabía que hacer, empezaba a encontrarse cada vez peor, y de repente escuchó una voz muy dulce que provenía del bosque mágico, que le decía:
– «Agustín, tu magia es la mejor de la zona, no la eches a perder por no encontrar tu chistera. Sal adelante sin ella, seguro que puedes».
El mago muy sorprendido, pensó:
– «¿Cómo voy a hacer magia sin la chistera de mi abuela la maga?», – y se quedó pensando un buen rato lo que pasaría. Se acordó entonces de que antes de que su abuela le diera la chistera, él hacía los mejores trucos de magia de la comarca, y pensó que esa voz del bosque tenía razón.
De esta forma se fue de nuevo a dormir, y al día siguiente siguió con su rutina habitual. En ninguna de las actuaciones tuvo ningún fallo con los trucos, estaba muy contento por haber confiado en sí mismo, y por haber aceptado que una chistera no podía ser la que marcara su mágico futuro.
A los pocos días la chistera apareció debajo de su cama, aunque ya Agustín no la usó, la colgó en la pared de los recuerdos a la entrada del árbol.
La ardilla vecina del mago la había escondido debajo de la cama del mago, para poner a prueba a su ídolo el gran mago Agustín, pero nunca se lo dijo para que siempre se sintiera bien por haber solucionado muy airosamente el problema de su amuleto.
FIN
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muy bueno este cuento, y educativo para los niños
Muy bonito cuento. Gracias por compartir tus buenos deseos
Gracias por haber compartido tu cuento con nosotros. Sigue escribiendo todo lo que se te ocurra. Eso hará que te encuentres mejor. Saludos. María.