Cuento Infantil para niños y niñas, creado por: Evelyn
Sucedió una vez que vivía en un hogar un niño llamado Mario, y esté niño tenía una vida igual a todos los demás.
Un día estaba leyendo un libro de cuentos junto a su abuela, y entonces leyeron uno en el que un niño como él, como todos los demás, deseaba volar. Poco a poco fueron creciéndole alas en su espalda hasta que por fin remontó vuelo. A partir de ese instante para el niño Mario ya nada fue lo mismo y dentro de él crecía un gran deseo que con el tiempo se haría cada día más fuerte.
Entonces un día en el que estaba en el colegio le dijo a un amigo:
_ «¿Sabes una cosa Marcos?»
_ «¿Que?»
_ «A mi me gustaría poder volar. ¡Volar como las aves!»
Pero en cambio a Marcos le causó gracia el comentario de su amigo Mario y este comenzó a burlarse de él riéndose a las carcajadas.
Otro día en el que cenaba junto a sus padres se le ocurrió largar otro de esos comentarios:
_ «¿Saben? A mi me gustaría poder volar».
Pero al cabo de unos segundos su padre se retiró de la mesa hacia el baño como enfadado y su madre no dijo nada al respecto. Ella se quedó callada y siguió comiendo tranquila como si nadie hubiese dicho nada.
Así pasaba el tiempo y la esperanza de Mario crecía aún más.
Entonces una noche en la que el estaba durmiendo tuvo un sueño. Y soñó que un hada azul se le acercaba al oído a decirle en tono bien bajo como para que nadie oyera lo que le iba a decir:
_ «¿Sabes una cosa Mario? Sí puedes hacer tu sueño realidad, el de volar, pero debes primero encontrar una cosa».
Entonces Mario le pregunta entusiasmado:
_ «Pero ¡¿Qué es?!»
Y el hada azul le contestó: – «Debes encontrar a alguien que crea en tus sueños…»
Entonces pasaron los días de aquel extraño pero esperanzador sueño y Mario ya se encontraba hastiado de no poder encontrar lo que con tanto afán buscaba. Sucedió entonces que una tarde en la que se encontraba solo y triste llorando en su habitación Mario se quedó dormido…
Y tiene otro sueño, esta vez sueña que se le acerca de nuevo el hada azul a abrazarlo y a arrullarlo entre sus brazos y luego le pregunta:
_ «A ver Mario, ¿qué te está pasando?».
A lo que Mario le contesta: _ «Es que quiero volar y no puedo».
_ «Y ¿por qué crees que no puedes hacerlo?»
_ «Porque nadie cree en mi».
Entonces el hada le dice con dulzura: _ «¡Pero yo si se de alguien que si cree en ti Mario!».
_ «¡¿Qué?! ¡¿Quién es?!».
_ «Eres tú Mario».
En ese momento una sonrisa de felicidad esboza Mario. Después su rostro triste y melancólico se desvaneció como humo con el viento. Mario no lo podía creer ¡Por fin lo había encontrado!.
Pero despertó, en ese momento despierta y se encuentra de nuevo solo en su habitación.
De repente ve venir volando de lejos a alguien hacia su ventana:
_ «¡Son ángeles!». – Exclamó. – «¡No! ¡Son hadas!»
¡Las hadas venían volando hacia su encuentro pero ellas no venían solas! Detrás venia alguien más ¡Sí! ¡Era Peter Pan el que se veía! Y Mario estaba maravillado. Al llegar a la habitación las hadas y Peter lo saludaron y entonces le dieron el poder a Mario, ¡El poder de volar! Mario volaba feliz por toda la habitación hasta que llegado el momento se despidió de sus padres y de su tierna abuelita y se fueron todos juntos volando hacia el mágico mundo feliz del Nunca Jamás.
FIN
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debe ser corto no tan largo