Cuento Infantil para niños y niñas, creado por: Maríache (dedicado a mis sobrinos nietos del Valle del Polochic, Guatemala)
Hermelinda era una niña tan pobre que no tenia casa, ni un lugar donde dormir y apenas podía tener algo de comer cada día y su único juguete era “Totó” el osito de peluche, todo roto sin un bracito, que se había encontrado en un basurero ya que nadie lo quería.
En las noches se acomodaba en cualquier lugar y ahí acurrucada con “Totó” se dormía soñando que algún día ella podría viajar al país de las hadas.
Una noche como siempre se durmió abrazada a su osito “Totó” y de pronto, sintió que una voz muy dulce la llamaba.
– Hermelinda, Hermelinda.
La niña abrió sus ojos y vio con asombro una inmensa luz y en medio de ella había una joven casi transparente, con alas de cristal y cabellos de oro que estaba sentada en una libélula de cristal rosado.
-¿Quien eres? Temerosa le preguntó -¿de dónde vienes?
-No temas. Le dijo dulcemente la joven.
-Cada noche, he visto tus sueños y deseos de visitar el país de las hadas, ahora ven conmigo en mi libélula, iremos a visitar el país que tanto has deseado conocer.
Temerosa, Hermelinda, abrazanda fuertemente a su osito de peluche,”Totó” se acercó y se subió a la libélula de cristal rosada. Antes de levantar el vuelo, la joven con alas de cristal y cabellos de oro, la sujetó a la libélula con cintas de seda.
Volaron sobre el mar, bajo el cielo y finalmente la libélula de cristal rosado se posó en medio de un jardín con fuentes y riachuelos cantarines, donde había toda clase de flores y ahí el hada de cabellos de oro, tomó a Hermelinda de la mano y le fue mostrando el país de las hadas.
Había hadas que fabricaban solamente dulces, toda clase de dulces y golosinas, otras hacían muñecas de porcelana, vestidas de encajes que hablaban y podían caminar. Otras hacían todo tipo de juguetes, había juguetes que se movían y otras hacían toda clase de animales de peluche. Al llegar ahí Hermelinda le pidió a su hada que por favor repararan a”Totó”, su osito de peluche y que le pusieran su bracito nuevo.
Una vez que “Totó” ya tenía su bracito, el hada de cabellos de oro y con alas de cristal, le siguió mostrando todo lo que había en el país de las hadas y así encontraron a un burrito de porcelana café con una campanita colgando de su cuello, de un hilo de oro y cargado con dos sacos de montones de bolsitas y paquetitos luminosos.
Curiosa Hermelinda le preguntó: -¿ quien eres? ¿ que hace aquí en el país de las hadas un burrito? ¿Y que llevas en tus sacos que despiden tanta luz?
El burrito le contestó: -¿no me conoces? ¿No sabes quién soy?
Hermelinda asombrada le dijo: -No, no sé quién eres.
-Pues bien, te diré que muchas noches te visité e hice que soñaras con el país de las hadas, también te mandé un amiguito, el osito de peluche “Totó”, otros niños lo habían tirado porque estaba roto y no tenía un bracito, pero tú Hermelinda, lo recogiste, lo quisiste, lo cuidaste y le distes cariño y al llegar aquí has pedido que lo reparen y le devuelvan su bracito.
-Yo soy aquel que recorre el mundo cada noche visitando en sus sueños, a niños y niñas como tú, que no tienen a nadie. Y de mis saquitos luminosos les entrego la luz del amor, del cariño, de la confianza, de la alegría y de la ilusión.
Así cuando veo que es necesario, entonces les envío la carroza de la libélula de cristal rosada con el hada de cabellos de oro para que vengan aquí al país de las hadas como premio de todos sus buenos sentimientos a pesar de las tristezas que les ha tocado vivir.
¡Bienvenida Hermelinda al país de las hadas!!!
FIN
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muy bonito,habla de valores,
Me encanto el cuento por los mensajes que le enseña a mi bebe.
a mi hija maría Jazmín , le gustó el cuento. Tiene 7 años; y a mamá también. Gracias por compartirlo
Muy lindos sus cuentos pero piden muchas cosas para leer otro
linda la pagina, buena ilustración para los niños, es revivir los tiempos de los adultos en la mente de los niños, recordando con ansias también lo cuentos que nos contaban los padres, los abuelos y nuestra imaginación volada miles de kilómetros. Buena suerte, sigan adelante.
muy padre poder compartir con los niños lecturas cortas y que no les aburran
me encanta ese cuento es muy tierno.
y yo supongo que es rechebera jejejejeje