Cuento Corto para niños, escrito por: Luis David Gamonal Suarez
Un sajino estaba muy hambriento y no tuvo mejor idea que subirse a una planta de papaya a comer sus frutos, pero al tocarlos se sorprendió, ya que estaban verdes, y dijo:
– «Tendré que aguantarme con hambre!»
Sin embargo, un mono que vivía por allí, se percató de su necesidad y de inmediato fue hacia él dándole unas cuantas papayas maduras que él mismo había cosechado recientemente.
El sajino estaba enormemente agradecido con el mono y le dijo:
– «¿Como podré pagar tu caridad?
Y el simio le contestó: – «Siempre comparto con el prójimo lo poco que tengo».
Y los dos se despidieron dándose un abrazo. Los dos estaban muy contentos, uno por complacer y otro por complacido.
Transcurrían los días y un día el mono resbaló al bajar del árbol, éste se golpeó fuertemente la espalda y pidió colaboración de sus amigos, quienes lo visitaban para sacarles algún provecho, y éstos en vez de apiadarse de él, por el contrario le dieron la espalda. Sin embargo, el sajino al verlo lastimado fue a levantarlo y le alivió el dolor dándole masajes en la zona dañada. Después de recibir el mono esta esmerada atención del sajijo se quedó asombrado, no se lo esperaba, y le dijo:
– «¡Que milagro, te acordaste de mi!»
Y el sajino le contestó: – «En algún momento me sacaste de apuros, ahora que te golpeaste la espalda, me corresponde a mi brindarte la curación respectiva».
El simio muy alegre por la caridad que había recibido le dijo esta frase de enseñanza:
– «Si todos fueran gratos con sus semejantes, como tú lo acabas de demostrar, distinto sería este mundo».
FIN
– Moraleja del cuento: Si en algún momento te saco de apuros, trata siempre de corresponder a su llamada cuando esté en apuros.
– Valores del cuento: Gratitud, amistad, solidaridad.
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