Cuento Infantil para niños, escrito por: Jose Alexander Vargas
Hace muy poco tiempo en una selva no tan lejana, iba un elefante vestido muy elegante.
El Elefante era muy grande y muchos le tenían temor porque al caminar parecía que había un temblor.
Por el camino muchos animales le podían ver pero de inmediato se iban a esconder.
Una coqueta serpiente al elefante preguntó:
– «Hola señor elefante, ¿a dónde vas tan elegante?».
El gran elefante a pesar de ser temido no era para nada presumido.
Y a la serpiente le dijo:
– «Voy al valle de la diversión donde armaré un gran vacilón. Si quieres acompañarme, te aseguro que no voy a enojarme».
Más adelante en el camino una puerta de roca encontraron con un letrero que decía:
– «Solo el de cuerpo largo y delgado podrá pasar al otro lado».
Pronto encontraron un hueco por donde la serpiente pudo pasar, y al estar del otro lado la puerta pudo abrir, el elefante muy contento el camino pudo seguir. Minutos después un grupo de monos juguetones y un poco vacilones al elefante preguntaron.
– «Hola señor elefante, ¿a dónde vas tan elegante?».
El elefante muy contento contestó:
– «Voy al valle de la diversión donde armare un gran vacilón. Si quieren acompañarme, les aseguro que no voy a enojarme».
El Elefante, la serpiente y los monos el camino emprendieron pero a la hora del almuerzo mucha hambre sintieron. Cerca del camino unas enormes matas de banano encontraron, pero eran tan altas que sus frutos no alcanzaron.
Un rotulo decía solo los animales expertos en trepar, podrán subir y mis frutos bajar. Pronto todos los monos subieron y con la serpiente y el elefante los bananos compartieron. Con bananos se llenaron y el camino continuaron, y pronto unos conejos comilones se encontraron.
Los conejos preguntaron:
– «Hola señor Elefante, ¿a donde vas tan Elegante?».
El elefante contestó:
– «Voy al valle de la diversión donde armare un gran vacilón. Si quieren acompañarme les aseguro que no voy a enojarme».
Los conejos acompañaron al grupo de animales un poco especiales. A una huerta gigante pudieron llegar, y no sabían por dónde pasar, pues unas enormes zanahorias el camino pudieron bloquear, el elefante uso sus fuerzas y no las pudo quitar. Los comilones conejos una idea tuvieron ya, comieron todas las zanahorias y todos pudieron pasar.
Un Águila hambrienta desde el cielo pudo observar, a la serpiente coqueta y se la quiso cenar. El Elefante buen amigo a la serpiente defendió, y acompañarlos por el camino al águila invitó. La noche había llegado y el bosque oscureció, los animales muy cansados para dormir se acomodaron.
Por fin el sol salió, el elefante despertó, a sus amigos levantó y la caravana continúo. El bosque estaba muy tupido y el camino se perdió.Ya nadie sabía por dónde caminar, el águila decidió volar y desde el cielo el camino pudo encontrar. Los animales encontraron por donde poder pasar y el camino continuaron sin ni si quiera dudar.
Una familia de armadillos la caravana pudo observar, pues muchos animales al elefante quisieron acompañar. Un poco temeroso el papa armadillo al elefante pregunto:
– «Hola señor Elefante, ¿a dónde vas tan Elegante?».
El elefante contestó:
– «Voy al valle de la diversión donde armare un gran vacilón. Si quieren acompañarme les aseguro que no voy a enojarme».
Por el camino iban cantando felices por su amistad, hasta que un muro lo detuvo y no pudieron pasar. Por todos lados buscaron pero puerta no encontraron, el papa armadillo que era medio bandidillo un hueco quiso escavar para al otro lado pasar, sus hijos lo siguieron y mamá no pudo esperar.
Al otro lado pasaron y el secreto encontraron, para el muro poder pasar solo debían cantar, el grupo de animales no pudo deleitar pero con canto desentonado el muro pudieron quitar.
Eran muchos los animales que al grupo se iban uniendo y ya eran muy pocos lo que al elefante le estaban temiendo.
Ya cerca del valle el elefante encontró algo que el temía un río de agua fría, algo que nadie sabía ni se podían esperar, el elefante no quería al otro lado cruzar.
Unos valientes castores quisieron ayudar y un puente muy grande tuvieron que fabricar.
El elefante más tranquilo ahora sí quiso cruzar.
Una gran caravana al valle pudo llegar, juntos como amigos todo tipo de obstáculos pudieron superar y ahora a disfrutar.
En el valle de la diversión estaban y se formó el vacilón, música, piñatas y en fin, un gran fiestón. Su manada elegante, que la fiesta habían preparado para todos los invitados.
FIN
– Moraleja del cuento: Que no debemos de juzgar a las personas por su apariencia, y que el tener amigos es buenos porque nos pueden ayudar en diferentes cosas en la vida.
– Valores del cuento: Amistad. Trabajo en equipo.
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Twitter, Google+,… o por Email, con el botón correspondiente a cada red social. Gracias.