EN UN PAIS MUY LEJANO – 2ª Parte

Cuento Infantil para niños/as, creado por: Krzysztof Pracki 

Empezaron a hablar para organizarse y poder vencer al malvado Cristobal.

– ¡Escúchame bien, tenemos que  decírselo a mi madre porque si no, será imposible hacer algo sin su permiso!  – Dijo Andrea.

– Y cómo quieres explicar todo esto para que te crean, si la única que me oye eres tú? – Dijo la gata.

– Ya he pensado en eso! cuando te pregunten algo, solo tienes que hacer un gesto con la cabeza!

– Me voy a buscar a mi familia -dijo Andrea, y salió de la habitación muy preocupada no sabía cómo contar una historia tan poco creíble.

Eva, la madre de Andrea, era una mujer muy guapa, dedicó todo su tiempo y amor a sus hijas.

Su hija mayor, Sandra se parecía a ella por los rasgos de la cara. Andrea carraspeo para llamar la atención y entró en la cocina diciendo:

– Hay una cosa que os quiero contar!

Eva y Sandra la miraron con curiosidad.

-¿Dime cariño, que ocurre? – pregunto Eva.

– ¡Tenéis que acompañarme a mi habitación!

– ¿Y eso porque? ¿Que has hecho esta vez? – Dijo Eva con la voz cansada.

Andrea, dijo que la acompañaran las dos, que era algo muy importante. Salieron juntas de la cocina dirigiéndose a la habitación de Andrea, cuando entraron solo vieron a la gata sentada encima de la mesa, parecía que les estaba esperando.

Eva miro a la gata y volvió la vista hacia su hija y dijo: – Bueno de que se trata, no veo nada extraño aquí. 

-¡Mama prométeme que vas a escuchar lo que voy a decir, por favor! Pues nuestra gata no es una gata normal… nuestra Luna en realidad es la desaparecida Reina Galatea, la que Cristobal convirtió en un animal.

-Claro! jeje, no te creo.

– Mama! la Reina Galatea quiere que salgamos un momento.

Eva ya estaba cansada de todo esto, sin pronunciar una palabra salieron todas fuera de la casa.

Andrea hizo lo que le pedía la gata, todas se quedaron quietas observando a que venía todo esto sin entender de qué iba.

De repente la gata usando la pata empezó escribir: <<Yo soy la reina de este pueblo, me llamo Galatea, la hija del rey Gandalf Primero>>.

La sorpresa que se dibujaba en las caras de las mujeres era enorme, si no lo tuvieran delante de sus ojos pensarían que lo habían imaginado.

El silencio lo rompió Andrea: -¿Ahora creéis que lo que os digo es la verdad?

Pero su madre se quedo quieta mirando el suelo y luego a la gata.

-¡Tenemos un problema! Ni una palabra a nadie de esto. Vamos a casa.

La  mamá de Andrea empezó a hablar a la gata:

– Cuando fuiste humana no te importaba nada, lo único que te importó era que las contribuciones llegarán a tus almacenes, sabes cuál es  la diferencia entre tú y Cristobal, ninguna, ¿ves algún motivo que nos anime para arriesgar nuestras vidas por ti?

Eva terminó su discurso y miró a Galatea con cansancio esperando la respuesta.

Galatea se quedó sin palabras, sabía que esta mujer tenía toda razón y  se arrepintió, pero eran su única esperanza. Había una cosa que le entristeció, fue la comparación con Cristobal. Galatea prometió que si le ayudaban iba a cambiar todo, ayudaría a los habitantes del pueblo.

– Eva, se que pido demasiado y no volveré a hacerlo, pero hay una cosa que podéis hacer por mi sin correr riesgo. En el bosque vive un búho, le llaman Tuquesabestodo. Ese búho es muy respetado por todos los animales, llevarme hasta él.

Al anochecer Eva tomó una decisión y dirigiéndose a la gata dijo:

– Te vamos a llevar al bosque esta noche, pero ¿cómo encontramos a ese búho?

– No creo que haya problema.

Se llevaron algunas antorchas para la vuelta y caminando en silencio se dirigieron al bosque. Los animales al ver a los humanos se escondieron o huyeron. Todo se complicó, menos mal que unos metros más adelante dieron con un par de ardillas, Andrea se acerco a ellas y les pregunto:

– ¿Como podemos encontrar al búho que se llama Tuquesabestodo? Queremos hablar con el búho, es muy importante.

– ¿Ves ese árbol en medio del valle?, ahí vive el búho, ahí acuden todos los animales a pedirle consejos, es muy sabio. Es la primera vez en mi vida que me buscan los humanos.

Eva contó toda la historia al búho.

– ¿Tu eres Galatea? ¿porque has tardado tanto en decirlo?. Dijo el búho.

– He pensado que con la ayuda de los animales se puede conseguir algo pero ahora no estoy tan segura.

-Tal vez puede que te equivoques, la maldición te la puedo quitar, yo porque conozco la frase mágica que lo hace pero no te sirve de nada mientras Cristobal posea el libro, primero tenemos que destruir el libro. Los animales al ver a los humanos hicieron espacio para que se pudiesen acercar al árbol donde estaba sentado Tuquesabestodo en compañía de unos gorriones.

Muy bien el libro está escondido en el dormitorio que ahora usa Cristobal, por suerte hoy tienen invitados y van montar una gran fiesta. La gata llego a su dormitorio y encontró el libro. Antes de destruirlo leyó algo y lo memorizo en su mente. Llamó a los gorriones y les dijo que ya podían regresar. Galatea se acerco al árbol donde estaba el viejo y dijo muy contenta, – he cumplido.

Muy bien ahora me toca volverte a tu identidad pero nunca olvides de estos animales y no te olvides de la familia. El búho empezó recitar la frase mágica: Magasandraandrea, perranegrafea, lunagordasana, vuelvoserhumana. Cuando el búho termino la frase de repente apareció una bonita mujer, era su Majestad La Reina Galatea.

Al día siguiente destronó a Cristobal y como memorizo una frase mágica convirtió al brujo en una mariposa. No olvido a la familia y ofreció a Eva su hospitalidad en el palacio y que educaría a sus hijas como si fueran suyas, pero Eva rechazo la oferta. Y así todos quedaron contentos. Eva encontró al amor de su vida; Sandra un novio con unas brillantes ideas sobre matrimonio; y la pequeña Andrea otro gato y cada vez que lo besaba soñaba que se convertía en un príncipe.

FIN

Moraleja: Siempre hay esperanza.

Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Google+ y Twitter con los botones que encontrarás al final del cuento. ¡Gracias!

Recuerda que puedes recibir cuentos infantiles GRATIS en tu email, suscribiéndote aquí