LA CAJA TONTA DE MELQUIADES

Cuento Infantil para niños y niñas, creado por: Ulica Tizaber

Había una vez un señor que se llamaba Melquiades y que constantemente estaba sentado mirando una caja. Melquiades sin saber muy bien porqué, estaba hipnotizado por la caja, y era de tal gravedad su caso, que desconocía cuándo su salud estaba en riesgo.

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Así pasaban los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, y Melquiades seguía igual que siempre, mirando la caja, y sin hacer avances de ningún tipo. Todos lo que veían la situación se quedaban extrañados al ver que un señor aparentemente inteligente, estuviera sentado delante de esa caja sin hacer nada más.

Un día, una señora con sombrero de plumas se acercó a Melquiades y le dijo:

– «Me gustaría ayudarte, pero antes tengo que saber qué interés le ves a estar sentado todo el día delante de esa caja».

Melquiades desvió la vista un segundo para ver quién le había interrumpido de su concentrada actividad, puso cara de pocos amigos, y sin contestar volvió a mirar a su caja.

La señora del sombrero de plumas, disgustada por la actitud de Melquiades, pasó por delante de la caja para molestarle, y éste, al contrario de lo que la señora pensó, se levantó y dijo:

– «Ya lo tengo. Acabo de descubrir la televisión. Gracias señora».

Hasta ahora había estado sentado sin moverse y sin pestañear, mirando una caja vacía, de la que esperaba le saliese la inspiración para inventar algo, ya que Melquiades era un inventor loco, de esos que hay en todas las ciudades.

Melquiades al ver las plumas del sombrero de la señora pasar por delante de su caja, se dio cuenta de la magnitud del invento, las plumas habían sido reveladoras en su trayectoria de inventor, Melquiades creó la famosa televisión, también llamada caja tonta, ya que lo da todo hecho, y solo hay que mirarla.

Se hizo de oro creando muchas televisiones, fue otro a partir de aquel hito. Pero también tuvo clara una cosa, si él había estado huraño y sin vida delante de la caja vacía durante mucho tiempo hasta encontrar la inspiración, no iba a permitir que le pasara a ninguna persona más, así que el lema de su marcca de televisiones fue:

– «Mirar la televisión es bueno siempre que nos inspire algo, que no nos cambie el humor, y que nos sirva para aprender cosas nuevas e inventar ideas creativas. El tiempo delante de la caja tonta debe ser mínimo, para que la imaginación no se marchite».

Y asÍ fue como Melquiades se hizo famoso en el mundo entero por haber creado la televisión, y por preocuparse porque los demás no pasaran por la etapa de anonadamiento que pasó él de manera innecesaria.

FIN

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