Cuento Corto para niños, escrito por: Ulica Tizaber
Melisa era una niña muy aplicada en clase, y muy obediente en casa. Ya se acercaba la finalización del curso en su colegio, y su maestra le había encargado la organización de la fiesta de fin de curso, ya que Melisa para el año siguiente ya no estaría con ellos.
Por motivos de trabajo, trasladaban a su madre fuera de la ciudad, y ya tenía colegio nuevo en la ciudad nueva, para comenzar en septiembre, con compañeros nuevos.
El cambio de colegio tenía a Melisa algo preocupada, ella que era reservada y poco habladora, estaría sola al llegar, y como todos se conocerían de antes, la dejarían apartada hasta que ella diera el primer paso. Éstos eran sus pensamientos desde que se confirmó que tendría que cambiar de ciudad.
El hecho de que la profesora le hubiera encargado la fiesta de final de curso no le hacía mucha gracia, con lo sosa que se consideraba, seguro que organizaba algo aburrido. Ahí estaba, dándole vueltas a ver qué podía hacer en la fiesta para sentirse útil y alegre, cuando se le pasó una idea genial por la cabeza.
¡La fiesta de fin de curso sería como una bienvenida en su colegio nuevo!
Para sus compañeros sería una fiesta original, ya que todos tendrían que hacer que no se conocían, y ella se aseguraba una despedida alegre y agradecida por sus amigos, y quizás un cambio de mentalidad respecto al colegio nuevo.
Se puso manos a la obra y en poco tiempo, la idea de la decoración del aula la tenía muy bien planteada. Todos los adornos serían de color naranja y verde, naranja por la finalización del verano, y verde, por inicio del otoño que suele coincidir con el inicio del nuevo año escolar. También habría carteles en las paredes donde en vez de celebrar que acababa el curso, se daría la bienvenida al nuevo.
En este punto de la organización, todos los compañeros habían recibido instrucciones sobre cómo comportarse en la fiesta, Melisa incluida. Tendrían que ir vestidos con ropa nueva y un cuaderno sin estrenar, y la actitud que tendrían que adoptar sería de interés y novedad por sus compañeros, que aunque fueran antiguos, se tratarían como si fueran nuevos.
La fiesta comenzó como Melisa esperaba, todos se miraban, nadie se atrevía a preguntar quién era el otro, y todos se reían entre dientes. La profesora entró a mitad de fiesta y realmente llegó a pensar que era ya septiembre, y que sus alumnos eran nuevos que se presentaban entre ellos para pasar un curso juntos.
¡Fue un auténtico éxito! Todos disfrutaron muchísimo de esa tarde de fiesta de fin de curso y bienvenida al mismo tiempo. Melisa cuando llegó a casa, y le contó a sus padres cómo había ido el evento, se dio cuenta de que la forma de contarlo era diferente a como lo habría contado en otras ocasiones.
La actitud de Melisa había cambiado. Ya no sentía que le fuera a dar vergüenza el primer día de clase en septiembre, ni le daba miedo que la dejaran apartada, porque confiaba que no sería así con su nueva actitud. Ahora sentía que llegaría como una más, que se presentaría hablando alto y claro, y que comenzaría una nueva etapa de su vida con mayor seguridad y confianza en sí misma.
FIN
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Google+ y Twitter con los botones que encontrarás al final del cuento. ¡Gracias!