Cuento Corto Infantil para niños, creado por: María Alejandra
Había una vez una luciérnaga que paseaba todas las noches por un castillo que se encontraba junto al mar. Cuando salía la luna se quedaba quietecita, junto a una ventana del palacio, mirando su interior, sus salas, sus jardines, todo lo bello que era.
Vivía en él una hermosa princesa, muy solitaria, que salía todas las noches a su balcón a mirar las estrellas.
Una noche, la luciérnaga vio como la princesita salía con lágrimas en los ojos, y entonces, muy despacito se le acercó y le dijo:
– Princesita, dime que te pasa, ¿por qué lloras?
La hermosa niña le contó que su madre debía irse por unos cuantos días a un largo viaje, y que la extrañaría mucho, mucho. Estaba desconsolada.
La luciérnaga que tenía un gran corazón le dijo:
– No te preocupes niña, yo y doña Luna que siempre está allí, te acompañaremos todas las noches, te cantaremos canciones y nanas y ya estarás bien.
Al día siguiente con su carruaje y pajes, la reina salió rumbo a otro país, y la princesa quedó con su padre, el Rey, solos en el gran castillo.
Cuando anocheció, acomodó sus muñequitas, y antes de dormir, salió al balcón. Allí estaban su amiga la luciérnaga y la luna, que brillaba sobre el mar.
Nuestra amiga estaba tan sola como ella, pero iluminaba con su luz toda la habitación y la hizo muy feliz mientras la reina no estaba. Sus eternas compañías reían juntas todas las noches, luego se iba a dormir con una de sus muñecas y su gatita cariñosa, que parecía un pompón.
Así los amigos ciertamente brillan como las luciérnagas, en momentos oscuros o tristes, pero que nos hacen dichosos.
FIN
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Hola: En primer lugar deseo agradecer la invaluable herramienta que ha sido el materia que ustedes ponen a disposición. Yo soy profesor de Lenguaje en los grados 3º, 4º y 5º en una escuela de primaria, en Colombia, y le he sacado todo el provecho posible a esta publicación. Con gran preocupación pude constatar que le han puesto protección a los cuentos, motivo por el cual ya no puedo copiarlos y pegarlos para una futura impresión, cuyo objetivo es efectuar práctica lectora con mis estudiantes. Dicha restricción ha generado que el envío de los cuentos a mi correo ya no cumpla la función didáctica de antaño. Les ruego el favor de informarme si hay alguna manera de evitar la protección para poder seguir utilizando los cuentos que me envían para las prácticas lectoras arriba anotadas. Les reitiero mis votos de admiración y aprecio.
Atentamente,
Efrén Otero Navia
Hermosos cuentos. Gracias por la publicación.