Cuento Corto para niños/niñas, creado por: Alejandro Ríos
Os voy a contar la historia de una araña que era muy feliz, con una larga vida por delante para aprender de sus errores y no dejar nunca de mejorar. Una araña que tiene muchas cosas importantes, que aprecia y lucha por mantener.
Podemos decir que tiene una posesión valiosa por cada pata que la compone. De este modo la arañita si se rompe una pata puede continuar caminando con el resto de patas por la vida. Incluso, en caso de rompérsele una, posee una propiedad característica que le permite regenerarla por otra que puede hacerle caminar mejor y proporcionarle una mayor fuerza y estabilidad que la otra.
El bichito tenía una patita que apreciaba mucho y le tenía un cariño especial. Pero esta pata no era realmente como ella la veía, pues le provocaba daños colaterales en todo su cuerpo, ya que esa patita estaba enferma, muy enferma. Entonces, decidió visitar al Dr. Arácnido, una araña joven, con poca experiencia, un médico que quizás no era un gran especialista. No obstante, éste quiso dar su diagnóstico. Según el Dr. Arácnido, había que operar o eliminar ésta pata para que la araña siguiese viviendo en condiciones óptimas. La arañita se quedó muy sorprendida al oír el diagnóstico, era una triste noticia.
La arañita no quería quedarse sin su pata favorita, pensaba que no sería capaz de seguir sin ella. Por ese motivo quiso acudir a otros doctores de la cuidad, con la esperanza de recibir un diagnóstico más favorable. Por desgracia, ningún médico era demasiado competente y esto suponía un inconveniente para la arañita. Sin embargo, decidió acudir a todos y cada uno de los doctores que vivían en su ciudad y todos ellos coincidieron en dar el mismo diagnóstico: la patita estaba enferma y había que quitarla.
Fue una decisión dura para la araña, pero creía que debía hacer caso a los doctores, ya que esa maldita patita insana podría costarle la vida.
Eliminaron su pata, la araña caminó durante un tiempo con una pata menos, sin aquella pata que tanto había amado.
Con el paso de los días, la protagonista de la historia fue dándose cuenta de que podía vivir con la ausencia de esa patita sin ningún problema, ya que el resto de patas seguían funcionando
perfectamente y se reforzaron. Entonces, se dio cuenta de que aquella operación había sido beneficiosa para ella, pues aquella extremidad enferma no era tan
importante, no era tan fuerte y bonita como ella la veía y le podría haber costado la vida.
Un día inesperado, en aquel lugar de su cuerpo donde había estado su tan deseada pata, empezó a crecer poco a poco otra patita. La araña se resignaba al principio, no tenía ganas de volver a caminar con sus ocho patitas, ya que realmente había podido vivir contenta tan solo con siete. El tiempo avanzaba y la nueva pata poco a poco se iba haciendo más grande y consistente. Pasaron meses, la araña iba encariñándose de su nueva pata, hasta que un día, de repente, se dio cuenta de que aquella nueva pata le estaba aportando un mayor agarre y sujeción que la anterior.
El bichitito visitó de nuevo a diferentes médicos de la ciudad y todos quedaron asombrados al ver que aquella nueva pata era especialmente bonita y sana. Nada que ver con la anterior, que había enfermado y tan solo la dañaba. La araña pensó fríamente y se dio cuenta de las mejoras que aquella nueva pata estaba aportando a su vida.
Así la araña continuó feliz, con el objetivo de seguir aprendiendo y mejorando, caminando por la vida con todas sus patitas sanas, cuidándolas y apreciándolas al máximo, sabiendo que en caso de que alguna patita se rompa o enferme, podrá seguir caminando por la vida, reforzando las demás
o regenerándolas por otras mejores.
FIN
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