Cuento Infantil para niños, creado por: Graciela Rodriguez
Erase una vez… un pueblito muy muy bonito lleno de alegría y paz, vivía allí una de las protagonistas de nuestra historia la princesa Julia. Ella tiene la edad en que los sueños y la realidad son la misma cosa y con siete añitos puede hacer que una cuchara y un tenedor baile un vals o un rock and roll alocado.
Dueña de una gran imaginación le agrada jugar y divertirse; y el día solo promete una gran gran aventura… la otra protagonista la pequeña princesita Ema con tan solo dos años y un torbellino de picardía y mucha ternura. Empezó recientemente a hablar donde el diálogo apurado puede expresar mil palabras y solo un weerrfdbxsahafgfg, y allí estaba compinche y compañera de travesuras su abuelita.
Esta aventura transcurre así:
Un par de amiguitos en su fin de semana muuuy aburridos en casa de Julia, se miraban y lo que salía de sus boquitas era ”estoy aburrido, estoy muuuy aburrida, uff” o “esto es muy aburrido”. Julia dijo después de funfurrunear un buen rato:
– ”¡Gran idea! llamemos a mi abuelita!!!»
Teléfono en mano y Julia le dice a su abuelita:
– «Hola abue, estamos muy aburridos en casa ¿nos llevas de aventura? Venga abue di que si….
– «Ehhh… este… Y ¿quienes están tan aburridos en un día bien bonito como el de hoy?» – Dijo la abuelita.
– «Abue, yo y mi amigo ¿recuerdas? El capitán pirata!!! y hasta Emita, venga abue di que si…» – Le suplica Julia.
Y la abuelita que nada le cuesta correr ante el llamado de sus nietas, rápida como un rayo salió presurosa en su súper moto y en un zas estaba en casa de Julia, y abuelita al rescate!.
– «Abue… abue … Abu.. y que vamos a hacer abuelita? Estamos muy aburridos!!!.» – Reclamo Julia mientras a empujoncitos la hicieron sentar.
– «Sí esto es muy aburrido» – dijo el capitán pirata.
– «Bueno» – dijo la abuelita. – «Basta de quejas y mal humor, hay que salir a disfrutar el día! Ya vieron el sol vamos! Julia ¿a que esperas?, ¡muévete! busca tu mochila. Oye tú capitán, llena las botellas con zumo que nos puede dar mucha sed; y Ema, por favor, levántate del suelo, vámonos en busca de una gran aventura.
– «Abue, abue; ¿y de comer que llevaremos?» – Dijo Julia preocupada.
– «Mmmm ¡sorpresa!» – Dijo la abuelita y abriendo su cartera les mostró bizcochitos riquísimos para compartir.
– «Ya salgamos a disfrutar del Sol».
-«Siiiii», – gritaron!!
Como buen día de otoño, estaba un poco frío y el día anterior había llovido un poquito, pero nada es un impedimento para tener la mejoooor aventura del universo.
Y caminando caminando mientras iban cantando: “Somos aventureros si señor, los mejores si señor”
Llegamos al parque encantado y comenzamos la travesía fantástica, observando el paisaje, el suelo estaba cubierto de hojas secas y todo era marrón y amarillo al rededor.
El capitán pirata tuvo una maravillosa idea:
– «Julia y si decíamos que tu abuelita era la reina de los zapatos de cristal y decía que estaba prisionera en un castillo lejos lejos, y la tenemos que rescatar?».
– «Siiii» – dijo Julia. – «Tenemos que encontrar espadas afiladas para pelear con los dragones que cuidan del castillo y corrieron los tres aventureritos al cañaveral y recogieron cañas del suelo que eran las más temibles y afiladas espadas.
– «Bueno» – Dijo Julia, pero primero debemos limpiar el sendero para poder rescatar a la reina y encontraron unas ramas caídas que terminaban en V, entonces corrían de acá para allá, de un lado al otro, marcando el camino.
– Vamos abuela de Julia! tu eres la Reina bizcocha y estás en lo alto, alto, mira Julia, está en la torre del castillo tu abuelita, espéranos abuelita de Julia que vamos por ti».
– «Sí pero daros prisa mis valientes! Y tengan cuidado que el dragón esta rondando detrás de los árboles!! Apúrense que tengo mucho miedo».
– «Vamos ya estamos, listo! llegamos al fin, rescatamos a la reina Julia, ahora vamos reina, vamos que limpiamos el camino, apúrate apúrate!» – Dijo el capitán pirata.
– «Esperen no tan rápido, no tan rápido, recuerden que soy gordita y además paso a paso, debo caminar despacito porque se me puede romper un tacón de mis zapatos de cristal!!»
– «Jajaja, rescatada! rescatada!». – Gritaban, pero Emita detrás y a los tumbos: “ Ecatada abue, ecatada abu”.
– «Miren niños», – dijo la abuela reina. -«Allá, lejos un árbol mágico, lo pueden escuchar? Mueve sus hojas y ramas escuchen, shhhh que dices?».
– «Ah! si, ya te oigo!, ¿los esta invitando a jugar?, dice que tiene fuertes ramas si quieren trepar? Que es muy fácil subir a él, quieren?».
– «Siiii». – Dijo Julia. – «¿Pero por donde?, muéstranos, reina bizcocha».
– «Por aquí, por aquí, miren. Un pie aquí y otro allí; y aaarriba!».
Julia sacó la soga mágica de su mochila y la abuelita la ató a una gran rama y por allí se deslizaban, subían y bajaban; y otra vez a subir y otra a bajar. Los amigos reían felices, mientras Emita buscaba bajo las piedras y las hojas secas pequeños bichitos o piedras de colores para jugar. – «Ven abu, ven mira ven, ven… e bicho asco». – Decía Emita.
Se despidieron atentamente del árbol con una gran reverencia y continuaron la travesía, encontraron en el camino otro árbol pero estaba caído y los invitaba a jugar y así la batalla comenzó:
– «Yo primero, déjame a mi Julia».
– «No, no, yo primero pirata loco, yo tengo la soga!».
– «Yo, yo y rápido átala tú».
De repente Julia calló al suelo!! La abuelita corrió presurosa a verla, la ayudó a ponerse de pie y le preguntó:
– «¿Estás bien princesa?»
Y rápida como el viento Julia sacudió su ropita y en un puf dijo :
– «¡Listo! continuémos la aventura, ¡nada podrá detenerme!. ¡Vamos reina bizcocha!».
Juntaron y juntaron hojas de todos lados, Julia, Ema y el capitán pirata mientras hacían un colchón enorme de hojas semi húmedas. La abuela observaba intrigada, hasta que al fin dijo uno de ellos:
– «Reina, esta es tu cama, es para ti, para que descanses».
– «Ven abue reina, descansa jaja».
– «Ups», – dijo la abuela. – » Bueno, por eso soy la reina, voy a descansar».
– «Ven, ven, jajaja». – Reían los pequeños.
– «Ya voy, ya voy, esperen, no olviden mis zapatos de cristal. Abajo abuelita reina.
Los tres pillos le saltaran encima y a carcajada suelta rodaron y rodaron por las hojas húmedas, así que ya estaban todos con la ropa húmeda en una tarde maravillosa de otoño y listos para merendar bizcochitos y zumo; y así… panza llena corazón contento.
Risas y más risas, pero ya dijo la abuelita:
– «Ahora debemos regresar, el sol se está ocultando y nos invita a volver a nuestras casitas, debemos tomar un baño calentito y a descansar.
Así termina un día que comenzó muy aburrido y se despide con tres amigos agotados y esperando la próxima aventura.
FIN
– Moraleja del cuento: La imaginación y la realidad desde los ojos de un niño a la de un adulto con alma de niño.
Para nuestros niños con amor porque no es necesario ni celulares ni tablet ni las mejores notebok compartir con los nietos con todos los niños tiempo eso solo tiempo a pesar del trabajo…a pesar del cansancio dedicarles unas horas aunque más no sea los fines de semana solo para ellos.
Comparte este cuento infantil con tus amigos en Facebook, Twitter, Google+,… o por Email, con el botón correspondiente a cada red social. Gracias.