Cuento Corto para niños/as; creado por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Lorena era una niña muy aplicada a la que le encantaba hacer cosas con sus manos. Unas veces recortaba papeles de colores y hacia un collage, y otras veces dedicaba su tiempo libre a hacer preciosas guirnaldas con las tijeras, para decorar las fiestas de cumpleaños de sus amigos y familiares.
Siempre estaba manejando material de papelería, pegamento, tijeras, papel celofán, clips, tela de fieltro y muchos más que empleaba para hacer sus grandes obras de arte.
Lorena era una niña feliz con sus trabajos, aunque de vez en cuando dejaba de lado a sus amigos, y ésto le jugaba malas pasadas.
Un día mientras ella estaba ensimismada haciendo una cajita para meter pendientes y pulseras, su mejor amiga Alía le preguntó:
– «Lorena, ¿quieres venir esta tarde a mi casa a jugar?».
Lorena no le contestó nada, y siguió con la decoración de su caja.
Alía insistió: – «Me gustaría que vinieses porque quiero enseñarte las figuras que hago con plastilina, me salen muy bien, y si quieres te puedo enseñar».
Lorena seguía concentrada y sin contestar, entonces Alía se echó a llorar. Estaba invitando a su mejor amiga a su casa a jugar con la plastilina, y ella no le estaba haciendo nada de caso. Se enfadó mucho y decidió no volver a invitarla.
Lorena al darse cuenta de lo que había provocado, fue a disculparse con su amiga, pero Alía ya no la recibió de buenas formas, y las niñas estuvieron enfadadas un buen rato. En ese tiempo, Lorena se puso a trabajar más que nunca, quería pedir perdón a su amiga de la mejor manera que sabía, con una manualidad, y decidió que sería la más original que había hecho hasta ahora.
Alía le había dicho que hacía unas figuras muy bonitas con plastilina, así que llamó a su madre y le pidió todas las figuras que Alía había hecho. Cuando las tuvo, montó un decorado con ellas, y con unos tubos de cartón, cartulinas de colores y bolitas de papel, hizo dos muñecas de la mano, que se parecían a ellas dos. Las puso delante del decorado, y escribió con rotulador de color rosa y violeta: – «Amigas para siempre, Alía y Lorena, Lorena y Alía».
Cuando Alía pasó por allí con cara de enfado, enseguida cambió el gesto y se puso muy contenta, buscó a Lorena detrás de la manualidad y se dieron un abrazo muy fuerte. Lorena le había dado a entender que sí la escuchaba, pero que cuando estaba trabajando necesitaba concentración, y Alía había comprendido que tenía que respetar a su amiga siempre.
Así fue como las amigas, ya de mayores, montaron una tienda de manualidades para niños. Alía era una experta con la plastilina y Lorena con todo lo demás.
Fueron muy felices siempre, porque tuvieron en cuenta el respeto y la tolerancia que hay que tener con quien más se quiere.
FIN
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Perdón, es que me hizo llorar el cuento, está hermoso de verdad
Sí, el cuento estuvo genial.
HERMOSO CUENTO QUE SERÀ UNA LECCIÒN DE VIDA PARA LOS NIÑOS.
Muchas gracias a ti por visitar nuestra página y dejar tu comentario. Que tengas un feliz día!!
Me ha gustado mucho. Gracias gracias.