Cuento Infantil para niños/as, escrito por: Amelie Azul Schapira
¡Hola amigos y amigas! en este cuento les muestro una pequeña historia sobre,… tres chicos, si tres, entre ellos había una sola niña llamada Amelie, se escribía Amelie pero se decía Ameli.
Aún así, por más de lo confundido que sea su nombre le gustaba tenerlo. Tambien, entre esos tres chicos, estaba Timoty y Jack.
Ellos tres, eran los conocidos como «los tres investigadores«.
Todo comenzó así… hace muucho tiempo, bueno, unos cuantos años, Nació Timoty; dos meses después nació Amelie, y un mes después nació Jack. Los tres eran hermanos, (eran de España), sus padres se llamaban Claudia y Norberto. Se mudaron a la Argentina dejando a sus tres hijos en manos de sus tíos en España.
Esos tíos se llamaban Daphne y Ruben. Cuando los tres chicos tenían 10 ó 9 años, sus tíos los dejaron con mucha comida, ropa, accsesorios, útiles escolares, etc. En esa misma casa, vivían los tres chicos, que la llaman «la agencia». Pasaron varios meses y vieron en el diario de Timoty:
– «Se busca la perrita Lilita, con dos meses de vida, por favor si la encontras, llame a tal numero»
Los tres investigadores salieron disparados de «la agencia» cada uno con su lupa, a investigar sin parar.
– «¡Lo encontré! ¡lo encontré!» – Gritaba Amelie.
Timoty y Jack fueron corriendo a donde estaba Amelie. Encontraron a «Lilita» y enseguida llamaron al teléfono de sus dueños:
– «¿Hola?»
– «¡Si! ¡Hola! Somos los tres investigadores»
– «¿Que desean?»
– «Comunicarle que encontramos a su perrita de dos meses de vida llamada Lilita»
– «¡Oh! ¡Gracias! ¿Donde podemos encontrarla? ¡Les daremos su recompensa!»
– «En la plaza del Gulubú»
– «¡Enseguida voy para alla!»
Cortaron los dos al mismo tiempo y apresuración. Amelie gritaba:
– «¡La recompensa es mia! ¿No?»
Sus hermanos Jack y Timoty para no molestarla le decían:
– «Si, si, claro»
Sonó el timbre y todos corrieron a coger la llave para abrir, pero Amelie les dijo:
– «¡Yo tengo la llave! Abriré si se van al sillon.
Los hermanos, Timoty y Jack no tuvieron otra cosa que decir:
– «Si, si claro»
Amelie se acomodó un poco y se peinó antes de abrir:
– «¡¡Holaa!!»
– «¡Hola señora! Tome su querida perrita»
– «¡Gracias! Aquí está su recompensa $1600 de dolares»
– «¡Un sueño cumplido! -dijo Amelie casi gritando.
– «¡Adios!»
– «¡A-a-a-a! ….» – Amelie se desmayó por tal recompensa.
Timoty y Jack la levantaron como pudieron y la colocaron en su cama. Cogieron la recompensa pero Timoty dijo:
– «¡Espera! hay que dividir esto para los tres»
– «Aaaaahh, esta bien pero, ¿No pensaste que haremos con este dinero?»
Ese comentario de Jack, Amelie lo había escuchado y sin perder un segundo, fue con todas sus ganas a decirles a sus hermanos:
– «Podemos comprar un par de zapatos, carteras, vestidos, muebles, un poco de pintura y podemos ir de vacaciones».
– «De vacaciones en Rusia»
– «¡Eso! ¡¡Vacaciones!!» – Gritaron Timoty y Jack.
En eso ven en el diario que se venden tres pasajes de avión para ir a Rusia. Eran tres y eran a $12 dolares. – «¡Baratísimo!» – Dijeron los tres.
Ya en el avión, empezó toda una conversación con la encargada que se había enamorado de Timoty.
– «¡Llegamos a Rusia!» – Dijo el piloto.
– «¡Vamos, vamos, rápido Amelie!» – Gritaron Timoty y Jack que ya sabían que para bajar valijas ella era pésima.
Timoty no esperó ni un segundo y le sacó las valijas a Amelie del avión casi volando.
-«¡¡Miren!!» – Gritó Amelie señalando con un dedo a dos personas.
– «¿¿Qué??» – Preguntaron alarmados Timoty y Jack, usaron el telescopio de Jack y ¡No sabes a quienes vieron!
– «¡¡Mama, papa!! ¡Mami, papi! ¡Aquí!» – Gritaban los tres. Amelie gritó :
-«¡¡Claudia y Norberto!!»
Ahi sí que escucharon y salieron disparados a donde estaban ellos. Sus hermanos, la felicitaron a Amelie por tal grito, eso sí, se acercó gente, pero dijimos en ruso que no pasaba nada. Entonces comenzó la conversación:
Lucia: – ¡Hola! ¿Como están? ¡Tanto tiempo!
Timoty: – ¡Hola! ¿Que hacen en Rusia?
Jack: – Se quedó mudo y le cayó una lagrima.
Sus papás abrazaron a Jack, sus hermanos también, en eso sus padres dijeron:
– «Una mirada vale mas que una simple pregunta»
FIN
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