Cuento Infantil para niños; creado por: Nancy Martello
El tiempo en el campo se hace largo y hasta aburrido, Martín había ido a pasar una semana a la granja de los abuelos, pescaba en el río, le daba de comer a los animalitos, buscaba la leche, etc.; pero se sentía solo.
Un día, mientras estaba pescando a la orilla del rió, con su sombrero de paja y sus pantalones arremangados y los pies en el agua, sintió que le tocaban los dedos… miró curioso y pudo ver un pececillo dorado que le mordía el pie, sacó rápidamente el pie del agua y el pececillo seguía aferrado a sus dedos.
– ¡Que haces! – exclamo Martín
Y el pez poniendo cara de inocente le dijo:
– Mira amigo, ¡estoy defendiendo a los demás peces!
– ¿Como es que hablas?
– Soy un pez encantado.
– Jaja, por favor, los peces encantados no existen.
Y frunciendo el ceño dijo para sí: – Ni los que hablan tampoco.
– Debe ser una alucinación por el sol….
Pero el pez se sentó a su lado y comenzó a contarle una larga historia….:
– Todo comenzó hace muchísimo tiempo, en nuestro mundo situado en el fondo del océano, donde van a parar todas las aguas de todos los ríos de la tierra, allí en un reino llamado Pezelandia. Vivíamos todos felices, jugábamos con las algas y con las perlas que quedaban atrapadas en el fondo, las usábamos como pelotas de fútbol, todo era paz y armonía. El hombre aun no conocía la maldad y el egoísmo, subíamos de vez en cuando a la superficie a mirarlos desde la costa, pero cierto día el agua comenzó a tener un color extraño y un sabor horrible. Muchos de nosotros nos ahogábamos, nos sentíamos mal y hasta estábamos pintados de una cosa negra color fuerte, qué no nos permitía nadar y morían muchos de mis compañeros. Todo provenía de embarcaciones gigantes que el hombre había construido. Los ríos comenzaron a llegar con aguas turbias y gusto a veneno; y así poco a poco fuimos desapareciendo, solo nos quedan pocos lugares donde aún podemos vivir en paz.
Martín que tenía un gran corazón y una gran sensibilidad, le dijo que algo tenían que hacer.
– Te prometo que algo se me va a ocurrir.
Esa noche habló con sus abuelos de la contaminación ambiental, desechos tóxicos y lluvia ácida. Los abuelos los escucharon atentamente. Esa noche Martín estuvo investigando en el ordenador todo lo relacionado a lo que el pececito le había contado. Hizo un grupo de amigos donde les explicaba que tenían que hacer algo al respecto. Ese mundo que estaban defendiendo era su propio futuro.
– Nadie mejor que nosotros para levantar la bandera de un planeta limpio de contaminación!
Así reunió a muchos chicos y papas que se comprometieron con la causa. Muchos preguntaban que tenía que hacer y Martín les decía:
– Cuando vas a la playa lleva una bolsa y comienza a recoger latas y vidrios, todo lo que la gente deja; y diles que por favor tenga en cuenta utilizar los cubos de basura. También puedes reciclar, no malgastes el agua. Denuncia a través de tus mayores si alguna fábrica está en infracción y así extensivo en el mundo. Entre todos, poco a poco se ira mejorando nuestro planeta.
Martín, con un gesto inocente solo dijo:
– La naturaleza nos habla y nos pide ayuda de las maneras mas mágicas posibles.
Cuando Matín va al lago a pescar, se sienta el pececito a su lado y le cuenta los avances logrados, hay un mundo maravilloso dentro del mar. También todos los niños tienen derecho a que le dejemos un mundo mejor.
FIN
Valores humanos: Ecología. Compromiso. Cooperación. Esfuerzo.
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MARAVILLOSO ME ENCANTA , SE LO CONTARE A MIS CHAMITOS PARA QUE ASI VEAN CUAN IMPORTANTE ES SU APORTE Y COLABORACION PARA UN FUTURO MAS FELIZ, APARTE EL CUENTO TAMBIEN ME HABLA DE LO S VALORES , EXCELENTE