Cuento Corto para niños y niñas; creado por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Ojitos cuando nació tenía unos ojos preciosos, grandes y marrones con muchas pestañas y muy alegres, pero era un monstruo, y muchas veces los monstruos, nacían con defectos. El defecto de Ojitos era que no podía ver, era ciego.
En su familia, también era ciega su madre, a su padre le habían salido veinte ojos en la frente, y su hermana mayor no podía hablar. Así que para Ojitos esas cosas eran normales, y no estaba nada preocupado por ello. Él se apañaba perfectamente, y aunque no veía nada, parecía que lo veía todo.
Ojitos era muy habilidoso y muy inteligente, y al contrario que su hermana, que por no poder hablar, se quedó en un rincón sin avanzar en la vida, Ojitos siempre estaba innovando, investigando y emprendiendo nuevas ideas y proyectos.
Un buen día, Ojitos se despertó de repente con una sensación extraña. Él creía que la luz de su habitación estaba encendida, pero eso no podía ser porque Ojitos no veía nada de nada, y sus padres le explicaron que cuando se es ciego, la luz tampoco se percibe en los ojos.
Pero Ojitos no estaba satisfecho con la respuesta de sus padres, y sin que nadie se diera cuenta, fue a comprobar si la luz estaba apagada o encendida. ¡Qué sorpresa se llevó cuando vio que la luz estaba encendida, y que él veía perfectamente!.
Aquel hito había marcado un antes y un después en la vida de Ojitos. El pequeño monstruo tenía el sentido de la vista perfecto, y lo que Ojitos quería averiguar era qué misterioso hecho le había devuelto la vista.
Sin pensarlo demasiado, Ojitos se puso manos a la obra con su espíritu aventurero y emprendedor, y en cuestión de horas, tenía una teoría bastante aproximada sobre lo que le había hecho recuperar la vista. Con mucha ilusión, reunió a su familia y les dijo:
– «He intentado averiguar la causa de mi visión, y puedo aseguraros que no hay nada que lo pueda explicar. Solo se me ocurre que la actitud de aspiración y el afán de superación que siempre he tenido por ser como los demás monstruos no defectuosos, haya hecho posible que de repente me convierta en Ojitos de verdad».
Y siguió diciendo mirando a cada familiar suyo: – «Cada uno de vosotros podéis superar vuestros defectos y dificultades para conseguir aquello que queréis, yo estaré ahí para guiaros».
Todos se quedaron mirando a Ojitos con una inquietud interior muy fuerte que les hizo pegar un grito común de esos que asustaban de verdad. Al cabo del tiempo, ningún miembro de la familia de Ojitos tenía ningún defecto, estaban felices y contentos por confiar en Ojitos, e incluso su hermana empezó a hablar.
FIN
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Me tocó copiar todo este cuento completo para hacer una tarea
Me ha gustado mucho este cuento, creo que es un ejemplo muy claro de que todo lo que nos proponemos en la vida lo podemos lograr. Solo basta un poco de perseverancia y mucha confianza en sí mismo.
no es necesario que asuste para que deje una enseñanza
ese cuento no asusta para nada