Cuento Infantil para niños, escrito por: Maria Alejandra
En un pueblo llamado Trulin vivía un niño, se llamaba Samy. Él jugaba con sus amiguitos a la pelota, salía en bicicleta, etc.
Cuando hacía mucho frío en Trulín nevaba, entonces sacaba su trineo, subían a su perro Bob y salía a pasear con él. Pero tenía un problema, Samy se había puesto muy glotón, comía chocolates sin parar y su pancita se hacía cada vez más y más grande. Se dio cuenta que ya no podía correr tan rápido detrás de la pelota, y convertir coles. Pero él seguía comiendo dulces y chocolates.
Quiso pasear en su bici, pero le costaba tanto pedalear que se quedó sentado y muy cansado en la vereda. Su tripita ya le pesaba mucho.
Un día su abuelita, que vivía con él, le vio comiendo tanto que le llevó al médico. Éste era un anciano que le contó lo que le pasaba a los niños que comían sin parar.
A Samy le dolía mucho la barriga, pero con un jarabe se le pasó. Estuvo muy atento a todo lo que el médico le decía, y le prometió comer sano y tomar sopa de verduras todos los días.
La abuelita tan cariñosa con él, le preparaba cosas saludables a diario y Samy se empezó a sentir cada vez más como una pluma de liviano y con ganas de jugar y reír. Su pancita no le dolía como antes, y se dispuso a jugar a la pelota con sus amigos todo el tiempo que quería. Podía saltar y hasta hacer carreras, ¡que feliz era! ¡Nunca volvió a comer mal, siempre sano!.
FIN
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