Cuento Infantil para niños, creado por: Priscila Ibacache
Una vez existió un niño, pero no era un niño común y corriente, y la razón de que fuera tan especial era algo maravilloso a los ojos de un niño pero algo absurdo y fantasioso para un adulto; y tal vez aunque se lo mostraras a un adulto él seguiría considerándolo algo muy infantil. Pero bueno, lo que lo hacía especial era que él podía hablar con los animales y el los entendía y ellos lo entendían a él.
Lo que tuvo que hacer para obtener este don fue, que él con frío o con calor, con lluvia o sol él iba a ver a sus amigos.
«Ahora seguramente se estarán preguntando quiénes son sus amigos así que pongan atención»: Eran todos los animales del bosque a excepción de un lobo llamado Juan, él nunca quiso ser amigo de este peculiar niño.
Este niño vivía en el campo justo enfrente de un bosque o como él lo llamaba “El jardín de su casa”. En este bosque habían muchos animales, también había arbustos de moras silvestres, muchas cosas más que ni tu ni yo conocemos, cosas que solo él y los animales conocían, la historia de este niño de seguro te hará pasar un buen rato.
«Quiero que sepas querido lector que sí te imaginas cada una de las cosas acabarás estando dentro del cuento junto con nuestros queridos personajes y vas a quedar muy contento o eso es lo que espero».
El nombre de este niño de tan solo diez años es Jorge. Este niño un día, como cualquier otro fue a ver a sus amigos, pero de repente llegaron unas nubes y se puso a llover, pero Jorge no se fue, además era una simple llovizna. Caminando por el bosque encontró una pequeña ardilla muy asustada dentro de su tronco, ya que era un bebe, él se la llevó entre sus manos para que se abrigara y se la llevó a su casa. En su casa le dio un poco de leche y bellotas molidas. La ardilla se tomaba la leche con muchas ganas y se le puso un bigote de leche, así que la puso de nombre Bigotín y se hicieron amigos. Bigotín le contó que con la lluvia él se mojó, entonces se metió en el tronco pero tenía mucho miedo, Jorge lo adoptó y se quedo con él.
Un día su madre le contó que su prima Gaby lo iría a visitar, Jorge estaba muy feliz y también emocionado, pues su prima era muy divertida y graciosa, el único problema que ella tenía era que no le gustaba mucho la naturaleza, solo le gustaban las cosas como mariposas, colibrís y flores, pero no le gustaban para nada las ardillas, las ovejas ni ninguno de esos animales. Jorge se propuso que en los tres meses en los que Gaby estaría, enseñaría a disfrutar de toda la naturaleza, ya fueran flores, animales o insectos; y así poder disfrutar de su estancía en el campo.
Cuando llego Gaby los dos primos estaban muy felices. Jorge la llevó a donde tenía a Bigotín pero sin decirle a donde la llevaba:
– «Vamos prima, vamos, te quiero enseñar algo.» – dijo Jorge-
– «Ya voy, ya voy pero por favor, dime que es lo que quieres mostrarme.» -Dijo Gaby-
– «No claro que no, es una sorpresa.» -Dijo Jorge-
De esta manera logró que su prima accediera a ir a ver a Bigotín.
– «Aaaaaah! » – Fue la expresión de Gaby al ver a Bigotín justo enfrente de ella-
– «Tranquila no te hará daño.» – Dijo Jorge intentando calmarla.
– «Bigotín te tiene miedo.» – Dijo Jorge-
– «¿Bigotín? Qué curioso nombre.» – Dijo mientras acercaba su mano con temor para acariciarlo, pero al ver que Bigotín se movió bruscamente retiró su mano rápidamente.-
– «Sí él es un bebe que encontré hace una semana, muy asustada en un tronco, en medio de la llovizna, no lo mires como un animal feo y aterrador, míralo como un bebe» – Dijo Jorge-
– «En realidad es muy lindo y tierno también.» – Dijo Gaby mientras que nuevamente acercaba su mano a la pequeña cabeza de Bigotín, el cual vio que Jorge le guiñó el ojo y como era tan inteligente se dejó acariciar. – «Oh ¡lo acaricié!».
– «Claro que si, ves que no es tan difícil».
– «Es verdad.» – Dijo Gaby. -» Que hablas con los animales?»
– «Sí ¿quién te lo dijo?»
– «Nadie, lo supuse cuando fuiste a mi casa y hablabas con mi perro» – Dijo Gaby mientras tomaba a Bigotín en sus manos.
– «Ah, te refieres a Pinki.»
– «Sí, lo quiero mucho»
– «Oye, ¿quieres ver a mas de mis amigos que viven en mi casa?
– «Claro que sí»
– «¿Quién es él? – Dijo Gaby apuntando a un conejito bebe.
– «El es Nupi» – Dijo Jorge.
– «Tal vez podríamos ir al bosque» – Dijo Gaby tímidamente.
– «¡Vamos!»
Ellos salieron de su casa y Jorge le mostró su huerto.
– «Que ricas se ven esas zanahorias» – Dijo Gaby.
– «Sí quieres puedes sacar una»
– «Sí, muchas gracias» – Dijo Gaby tomando una zanahoria y dándole una buena mascada.
– «Está súper deliciosa, parece que el que las cultiva es un gran jardinero»
– «Gracias Gaby eres muy amable»
– «Ahora, podemos ver los tomates» – Dijo Gaby.
– «Sí es perfecto, así mamá podrá hacernos un rico emparedado de vegetales para el almuerzo y podremos hacer un picnic»
– «Sí, porque no» – Dijo Jorge riendo.
– «Bueno, ¿Qué a que estamos esperando?» – Dijo Gaby.
– «Toma cinco tomates, mientras que yo saco dos lechugas y tres zanahorias» – Dijo Jorge mientras arrancaba una zanahoria.
– «Todo listo» – Dijo Gaby mientras que sacaba el último tomate.
Cuando llegaron a la casa de Jorge la mamá de él ya estaba preparada con una cesta con jugos y pan de molde.
– «Niños llegan justo a tiempo, vamos a hacer un picnic» – Dijo la mamá de Jorge. – «Lo único que me falta son los ingredientes para los emparedados»
– «Nosotros ya los hemos recolectado» – Dijo Gaby mostrándole los tomates.
– «Bueno que estamos esperando, vámonos»
Esa tarde los tres estuvieron muy felices y en paz. Después de almorzar fueron a pasear por el bosque con Nupi y Bigotín. Cuando llegaron a la casa Gaby se fue a dormir y en ese momento la mamá de Jorge le dijo:
– «Necesito hablar contigo»
– «Sí mami que pasa»
– «Te quería preguntar si es que tu querrías ir a la casa de tu prima, como ella ha estado aquí un mes, tal vez tú quieras ir»
– «Sí mamá, eso era lo mismo que quería decirte yo»
– «Pues puedes ir pasado mañana»
– «¿Y Gaby sabe esto?»
– «Claro que no. No quería emocionarla porque tal vez podrías decir que no»
Pero lo que ellos no sabían era que Gaby estaba detrás de la puerta mirándolos, tuvo que contenerse para no gritar y saltar de emoción. Pero al día siguiente, cuando Jorge fue a decírselo, hizo como que no sabía nada.
– «Oye Gaby, mañana me voy contigo a tu casa»
– «¿En serio? ¡Wow!»
Para el sábado ya tenían todo empacado y estaban listos para irse. Al llegar a la ciudad donde vivía Gaby estaban muy felices bajando del bus, cuando vieron a un grupo de niños tirándole piedras a un cachorro bebe. Jorge estaba furioso pero intentó controlarse, aunque no le sirvió de nada, al cabo de unos segundos estaba con el cachorro en sus brazos.
FIN
– Moraleja del cuento: Cuidar a los animales
– Valores del cuento: Solidaridad. Amistad. Respeto.
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