Cuento Corto Infantil para niños, creado por: María Alenjadra Torigino
Una cálida tarde de verano, los pájaros alegraban con sus trinos y el sol tibio acariciaba con sus rayos las hojitas de los árboles. Hacía mucho calor, los niños salían a tomar ricos helados y a jugar en la vereda.
Ese día, Manuel decidió salir a la plaza con su abuelito Fermín, después de hacer los deberes.
Bueno y obediente se sentó en un banquito y sacó su bolsita con coches de todos los tamaños y colores, los coleccionaba y eran rojos, azules y amarillos, su color preferido.
Sus enormes ojos verdes miraban pasar niños en bicicletas y en patines. Su abuelito Fermín se acomodó al lado de una gran fuente para darle de comer a las palomas, y así pasaron la tarde.
De pronto vio a un señor con un gran ramillete de globos de muchos colores y formas, tenía una gorra roja y unos grandes bigotes; y una sonrisa de oreja a oreja.
Manuel vio un globo amarillo que le encantó, pero no tenía ni una moneda para comprarlo. El que tenía forma de conejo le gustaba mucho, pero que tristeza…. ni una monedita tenía esa tarde.
De pronto vio con asombro que el señor de los globos se acercó muy despacito, y con su sonrisa de oreja a oreja, lo miró y le dio a Manuel uno, el que más anhelaba; y con forma de conejo con orejas y todo.
Que corazón bello tenía ese señor, que alegría le dio a Manuel esa tarde. Ató en su muñeca el globo amarillo para que no se le escapara y con su gorra roja se despidió de él.
Manuel y el abuelo Fermín regresaron felices a su casa, le esperaba un rico chocolate con masitas de mamá. Y a la noche, cuando cerró sus ojos y colocó su osito junto a él, sonrió al acordarse de ese señor de gorra roja, el vendedor de globos. Fue una tarde muy dulce para Manuel.
– Valores del cuento: Generosidad. Alegría. Comprensión.
FIN
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