Cuento Infantil para niños/as, escrito por: Edgar Mancilla Sandoval
Ya en la noche las ballenas salieron a ver el show de fuegos artificiales que se estaba presentando con motivo de las fiestas decembrinas, ellas estaban completamente asombradas con el espectáculo, pero las focas se encontraban molestas, ya que no podían dormir con tanto ruido.
Entonces, debido a que uno de los fuegos cayó demasiado bajo, causando que las chispas llegaran al agua aún encendidas, y, para mala suerte de las focas, una de ellas cayó exactamente en la cola de Lucas, causándole un gran dolor.
– «¡Hay! ¡Hay! Mi nalguita. ¡Apágalo! ¡Apágalo!» – Gritaba Lucas corriendo por todos lados.
Una de las focas lo empujó al agua para ayudarlo. Debido a esto todos comenzaron a reírse de Lucas.
– «¿Y vieron como corría?»– Preguntó de forma burlona una de las focas.
– «¡Ya cállense!» – Gritó Lucas enojado. – «Me lo esperaba de todos menos de ustedes». – Dijo señalando a sus compañeras y retirándose del lugar.
A la mañana siguiente escucharon que se acercaba un frente frío. Olivia preguntó a las ballenas más experimentadas que es lo que había que hacer.
– «Mira, lo que vamos a hacer es nadar más al sur, para llegar a aguas más cálidas y no afectar el nacimiento de nuestros hijos».
– «Gracias por el consejo, seguiremos hacia el sur».
Olivia continuó su camino hacia el sur con algunos dolores que indicaban que el nacimiento de su hijo estaba por comenzar. Ya llegando a aguas más cálidas se encontró con otras ballenas hembras que ya habían dado a luz unos días antes. Ella se acercó para conocerlas y preguntarles que debía hacer.
– «¿Qué tal? ¿Cómo están?» -Pregunta Olivia con amabilidad.
– «De maravilla ¿Y tú qué tal?»
– «Nerviosa, estoy a punto de dar a luz y es mi primera vez».
– «No te preocupes, todo va a estar bien nosotras te vamos a apoyar. Ven, te presentaré a las demás». – Nadaron hasta el grupo y se presentaron. – «Mira ella es Magdalena, mamá de Sayulita, ella es Rosarito la solterona del grupo y yo soy Rosalía mamá de Mita».
– «Mucho gusto, yo soy Olivia».
– «Amigas, Olivia está a punto de dar a luz, así que debemos ayudarla».
Justo en ese momento comenzaron los dolores de parto así que todas las ballenas se pusieron alrededor de Olivia para ayudarla. El parto se complicó un poco y hasta unas ballenas jorobadas que andaban por ahí y se ofrecieron para ayudar. Ya al dar a luz Olivia tuvo una hermosísima cría y todas las ballenas se asombraron de su belleza.
– «¡Que linda es! ¿Cómo le vas a llamar?» – Pregunto Rosalía
– «Aun no lo sé».
– «Pues nuestra tradición es dar algunos saltos para darnos cuenta de donde nos encontramos y depende el lugar es como las bautizamos, por eso mi cría se llama “Mita” y a sí todas nosotras.
– «Pues bueno hagámoslo así». Respondió Olivia
– «¿Puedo saltar por ti? Quiero ser madrina de tu hijo» – Preguntó Rosarito entusiasmada.
– «Adelante, sería un honor».
Rosarito dio algunos saltos y regresó con las demás.
– «Pero que afortunado es tu hijo, estamos en un lugar bellísimo».
– «¿Dónde? ¿Dónde?» – Preguntaron todas al unisono.
– «Estamos frente a Vallarta». – Respondió Rosarito. – «¿Qué tal si la llamamos Vallita la ballenita?»
– «Me parece perfecto». Contestó Olivia.
Ya bautizada las nuevas amigas empezaron a besar a Vallita y ella empezó a limpiarse la cara de tanto beso mientras las otras ballenitas pensaban – ‘’Pobre Vallita lo que le espera con tanto arrumaco’’.
Días después, como es la tradición, Magdalena y Rosalía invitaron a Olivia a llevar a su hijo a aguas poco profundas donde las ballenitas tienen que nadar contra las olas para fortalecer sus músculos y poder resistir el viaje hasta el mar de Cortez.
Después de un tiempo de haber empezado a entrenar, Mita comenzó a quejarse:
– «No es justo ¿Por qué solo yo tengo que hacer el ejercicio?».
– «Ya mita no seas floja, después de ti sigue Sayulita y Vallita nada más que tu eres la muestra».
Vallita y Sayulita se dieron la vuelta para ver a sus madres y preguntaron:
– «¿Es cierto eso?»
– «Claro que si flojitas, anden, vallan a nadar».
Ya al tomar las aguas su temperatura, Rosalía activó su sonar para regresar a las aguas del mar de Cortez para alimentarse de plantón y presentarles las nuevas crías a sus papas.
En el camino de Bahía de banderas al Mar de Cortez, vallita empezó a hacer muchas preguntas a su mamá, como lo hace cualquier niño:
– «Oye mamá ¿Por qué tienes muchas conchitas en la piel?»
– «Pues es porque se van formando con la edad». – Respondió Olivia con paciencia.
– «¿Y porque tú eres más obscura que yo?»
De pronto Olivia vio a un delfín ahogándose debido a que había tragado basura pensando que era alimento.
– «Vamos ayudar. Yo le debo muchos favores a los delfines». – Dijo Olivia.
Ellos se acercaron y Olivia con su enorme aleta golpeó en la espalda al delfín para expulsar la basura que lo estaba ahogado. El delfín escupió el bote de basura y por fin pudo respirar de nuevo.
– «Gracias, lo he pasado muy mal».
– «Es culpa de esos humanos que tiran la basura al mar sin saber qué consecuencias traen». – Agregó Olivia indignada.
El Delfín se retiró agradecido y Olivia y Vallita continuaron su camino. Vallita se preguntaba el porqué le habían ayudado a aquel delfín. Así que le preguntó a su mamá.
– «Mamá ¿Por qué ayudaste a aquel delfín?»
– «Es una historia muy larga, pero poco apoco te iré enseñado muchas cosas, solo recuerda que los delfines son muy buenos amigos e incluso eran familiares lejanos de las ballenas.
– «Mama cuales son nuestros mayores riesgos ambientales».
– «Mira Vallita nuestros mayores peligros son: caza irracional, contaminantes como petróleo y contaminación auditiva entre otros».
– » Cuál es la contaminación auditiva».
– «Por una gran cantidad de motores de embarcaciones y maquinas en el mar perdemos comunicación y podemos sufrir accidentes, es como cuando te hablo por sonar y tú no me contestas, puede ser un mensaje de alerta y no me escuchas y también afecta nuestro estado nervioso y eso nos causa estrés».
Continuará……….
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muy bellos cuentos , y buena enseñanza