Cuento Corto para niños/as; escrito por: El Equipo de Cuentos Infantiles Cortos
Naranjito era un camión bolquete de color naranja de un tamaño considerable, que vivía en el patio de un colegio de niños de tres años. Todos los días Naranjito acababa tan cansado de tanto transportar tierra por el patio, que necesitaba alimentarse abundantemente.
Así que sin pensarlo mucho, todos los días comía pan, dulces y bollos. Lo que no sabía Naranjito, era que por mucho que comiera, si los alimentos no eran los más adecuados para crecer, en vez de para engordar y ponerse enfermos, no serviría de mucho atiborrarse de tanta comida.
Una vez que Naranjito supo como organizar sus comidas fue mucho más sencillo adaptarse a las nuevas necesidades del camión, y sin darse cuenta se convirtió en un auténtico profesional de la nutrición en el mundo de los camiones. De esta forma, el camión que tanto trabajaba transportando tierra por el patio, y que de ahí le venía su nombre, empezó a tornarse de un color verde hoja, que no se sabía lo que podía significar.
Cuando los niños vieron que Naranjito ya no era naranja, sino verde, le cambiaron el nombre y le empezaron a llamar Verdecito. El camión se sentía orgulloso de cambiar de color, aunque por curiosidad, quería saber de dónde procedía el tono verdoso que había adquirido en el patio.
Se puso manos a la obra, y después de un análisis exhaustivo sobre los cambios de colores en camiones de juguete, Verdecito entendió la transformación.
En la cena de cada noche en el garaje del colegio habían cambiado la dieta para que los juguetes llegaran cargados de energía por las mañanas al terreno de juego, por eso les estaban ampliando la dieta con espinacas, que daban muchísima energía y tintaban de verde cada cosa que tocaban.
Verdecito se sentía muy orgulloso de ser verde, y aunque ya lo era, se convirtió en el camión más tolerante del patio. Además todos los días con su aspecto cada vez más oscuro, daba una lección de nutrición a todos los niños del colegio, los cuales comenzaron a comer verduras y espinacas a mansalva, para llegar a ser tan fuerte y valiente como Verdecito.
FIN
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