UN PARAISO LLAMADO DAUCH (I)

En medio del gran océano existía una gran isla con altas montañas y profundos valles surcados por caudalosos ríos que regaban la abundante vegetación que crecía por todas partes. Se trataba de un auténtico paraíso para el desarrollo del ser humano. En esa isla vivían diversas tribus en un equilibrio permanente con su entorno. Se alimentaban de los bienes que la naturaleza circundante les prodigaba y se protegían utilizando materiales y refugios naturales. Mientras los recursos eran abundantes, de cada tribu surgían otras nuevas que se asentaban en espacios colindantes. Así, crecía el número de habitantes y el número de tribus.

La isla estaba dividida en dos partes bien diferenciadas, separadas por una formación montañosa de cimas muy altas. Los habitantes de cada una de las partes, al principio, no tenían noción de la existencia de la otra parte. Creían que el mundo era todo aquello que veían y a lo que tenían acceso. Unos veían salir el sol por el mar y ocultarse por las montañas, mientras los otros veían justo lo contrario. Esta percepción configuraba en ellos creencias, tabúes y rituales normalmente diferentes para las dos partes. En realidad y sin saberlo, estaban configurando dos alternativas a una civilización humana. Por esta razón llamaremos a la isla DAUCH. A la parte que veía salir el sol por el mar la llamaremos Dauch del Sur y a la que veía salir el sol por las montañas, Dauch del Norte. En Dauch del Sur asociaban la vida con el mar y la muerte con la montaña, mientras que en Dauch del Norte asociaban la vida con la montaña y la muerte con el mar.

Dauch del Norte era la parte más montañosa y su extensión era menor que la del sur. Al contrario, en Dauch del Sur abundaban los llanos y su extensión era más del doble que la del norte. El clima era suave en ambos casos, aunque más lluvioso el del norte. El sur gozaba de muchas horas de sol y de abundante agua que discurría por todo su territorio, bien en forma de ríos o en forma de manantiales. Las tribus del norte se alimentaban principalmente de la caza y de los frutos de ciertos árboles en determinadas épocas del año. Los habitantes del sur, también organizados en tribus, vivían principalmente de los frutos y las hojas de la abundante y variada vegetación que crecía en sus anchos valles. También de algo de caza y de la pesca que les proporcionaban sus caudalosos ríos y extensas costas. Estas diferencias irían conformado las costumbres y el carácter de sus habitantes respectivos.

La población del norte disponía de menor territorio para su expansión y, con el tiempo, el agotamiento de los recursos cercanos obligó a algunas tribus a salir de sus espacios habituales. Debido a sus cada vez más largas incursiones en busca de caza, invadían el espacio de otras tribus vecinas con cierta frecuencia. Esto solía ser motivo de conflictos entre las tribus del norte.

Esta situación llegó a ser insostenible hasta el punto en que se vieron obligadas a negociar cuando alguna no podía imponerse a otra. Solía ocurrir que la tribu agredida resistía bien los ataques de la agresora debido a las defensas que le proporcionaba las características del terreno en que vivían. Por ello, la tribu agresora debía ingeniárselas para negociar y entregar algo, a cambio de cazar en territorio de la agredida. En cualquier caso, y al contrario de lo que venía ocurriendo hasta entonces, fueron evolucionando hacia tribus más grandes y mejor organizadas como resultado de la negociación y la colaboración.

Por el contrario, las tribus del sur gozaban de grandes extensiones de naturaleza a su disposición y rara vez entraban en conflicto con tribus vecinas. Los habitantes del sur eran más pacíficos que los del norte, viviendo felices y sin grandes preocupaciones. También en Dauch del Sur algunas tribus llegaron a invadir territorios ajenos, pero normalmente no encontraban resistencia. Cuando el agresor solo imponía su forma de gestionar, permitiendo al agredido mantener su estilo de vida, éste no solía oponer resistencia. De esta forma también fueron evolucionando las tribus del sur, pero con una organización basada en la imposición y no en la negociación.

Todas estas circunstancias contribuían a modelar el carácter de los habitantes de Dauch. A medida que transcurría el tiempo ambas poblaciones crecían, pero de forma diferente. La del sur crecía muy deprisa, debido a que disponía de abundantes recursos que se renovaban año tras año y también porque disfrutaban de un amplio espacio antes de molestarse unas tribus a otras. La del norte crecía lentamente, en la medida en que organizaban su convivencia en tribus más grandes y mejoraban su manera de obtener alimentos en sus limitados espacios cultivables.

Con el paso del tiempo, tanto el norte como el sur irían evolucionando por separado hacia una sola organización social, fusionándose unas tribus con otras. Los habitantes del sur eran mucho más numerosos que los del norte pero su organización estaba muy fragmentada, mientras los del norte tenían una organización más unificada, coherente y disciplinada y con más intereses comunes que los del sur. Así surgieron dos naciones, que evolucionaron de forma diferente sin tener conocimiento una de la otra: Dauch del Norte y Dauch del Sur.

Relato corto escrito por: Lucía Nante

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