Érase una vez, una rana llamada Sarita, era una rana muy joven, y andaba dando saltos todo el día… quizás te estés preguntando… ¿pero si todas las ranas saltan? Pues sí, todas las ranas saltan para desplazarse de un sitio a otro, pero nuestra amiga, la rana Sarita, era conocida como la rana saltarina por el resto de ranas, así qué ya te podrás imaginar que esta rana, si hay algo que no le falta, es energía.
Desde que se despertaba hasta que se iba a dormir, saltaba de un lado para otro, no podía parar y estar un rato tranquila, y mira que sus padres, no paraban de decirle: «Sarita, no saltes tanto que un día te vas a dar con algo sin darte cuenta y te harás daño«. Sigue leyendo