Cuento Corto para niños/as; creado por: Daniel Enrich Guillén
Cuando la fiel perrita blanca de nombre Hada te miraba a los ojos, resultaba inevitable que te arrancara un gesto de ternura, una mueca, casi siempre en forma de sonrisa. Sus pupilas de color marrón cobraban una tonalidad miel cuando la luz del sol se reflejaba en ellas.
Emitían un leve destello que te cautivaba sin remedio. Siempre tranquila, siempre dispuesta a recibir una caricia. A la perrita le gustaba que le rascaran incesantemente el lomo. Su amo y compañero, muy atento a las necesidades de Hada, podía pasarse horas acariciándola sólo por ver la cara de felicidad que se le ponía.
A Hada también le gustaba mucho dormir, se ponía con la oreja planchada en su camita acolchada y, al poco, un fino silbido revelaba que ya estaba durmiendo.
Pasaron años hasta que su amo realizó el descubrimiento. Observó que cuando él estaba cerca de Hada, no ocurría nada malo a su alrededor. Se trataba de un don mágico que consistía en crear una atmósfera de felicidad. Pero pronto avanzó en sus investigaciones y descubrió que en realidad todos los perros que eran cuidados con mucho amor producían el mismo efecto.
FIN
Moraleja del cuento: Querer mucho a tu perro, te dará felicidad.
Valores del cuento: El amor a los animales.
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