Había una vez un rey, llamado Luis, que prometió a todos los ciudadanos del reino una bolsa de pan cada día, para que ninguna familia pasara hambre .
Todos los habitantes estaban felices y contentos con el rey Luis, porque gracias a él tenían pan para comer cada día.
Pero llegaron los malos tiempos, y los productores de pan tuvieron que dejar de vender pan al rey Luis. El rey Luis no descansó hasta encontrar otro productor de pan que le abasteciera para todo su reino, y finalmente lo encontró.
Al cabo de unos meses, los negocios le volvieron a ir mal al nuevo productor de pan, y tuvo que dejar de vender pan al rey Luis.
El rey siguió buscando otro productor de pan, pero ya no encontró ninguno más en todo el país, por lo que tenía que encontrar alguna solución.
Reunió a todos los ciudadanos en la plaza del castillo, y les invitó a que alguno de ellos que estuviera sin trabajo, hiciera el pan para todo el reino. Ese día, en la plaza había un hombre que Sigue leyendo