Cuentos de Empatía

Cuentos infantiles con la empatía como principal valor humano. Estos cuentos ayudan a los niños a ponerse en el lugar del otro. Cuentos de empatía infantiles con mucha imaginación. Te lo pasarás genial contando cuentos de empatía a los niños. Cuentos de empatía que estimularán el lado más inteligente de los niños.

Cuentos de Empatía:

TOMAS, EL TRAVIESO

Cuentos cortos para niños escrito por: Valeria Neme

Tomás es un perro, pero no es cualquier perro. Es negro, con ojos negros pero sus patas son blancas, como si usara pequeñas botas.

Tomás vive en la playa. Una playa que muchas veces se encuentra vacía y fresca, y otras veces, calurosa y llena de gente.

A Tomás le encanta jugar, comer galletitas y hacer pozos en la arena.

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El único problema es que Tomás es muy travieso, y le gusta mucho atrapar pelotas. Las de tenis son sus preferidas. La gente de la playa busca sus pelotas para jugar pero nunca las encuentra. Tomás hace pozos y entierra las pelotas en su guarida secreta.

Un día, un nene encontró el escondite de pelotas enterradas y pudo contar…124 pelotas!

Pero, a pesar de lo que todos pensaron, ese día Tomás no se enojó por tal descubrimiento. Sólo quiso jugar con su nuevo amigo.

Tomás había descubierto que compartiendo, el juego era mucho más divertido.

FIN

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EL MONSTRUO TUERTO

Había una vez, un monstruo muy muy malvado que trataba de hacer la vida imposible a los ciudadanos del reino donde vivía.

En uno de los pueblos del reino, había un señor que había perdido uno de sus ojos en un accidente de trabajo, es decir, que era tuerto. Pues bien, siempre que el monstruo pasaba por ese pueblo, iba a visitarle a su casa y se reía de él. Le decía: «Señor tuerto!! ¿Me ves bien? Jajaja!«.

 

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Hasta que un día, después de que el monstruo llamara al timbre de la casa del ciudadano tuerto, éste, una vez que oyó como se metía con él, cogió una piedra y se la lanzó al ojo derecho del monstruo.

El monstruo empezó a gritar del dolor, y posteriormente se dio cuenta de que Sigue leyendo

LA MUÑECA CONSTIPADA

Érase una vez, una muñeca sentada en una estantería, en la habitación de una niña llamada Sofía. La muñeca de Sofía se llamaba Popita, y era su favorita.

A Popita le gustaba siempre sentarse en la estantería porque desde ahí podía ver todo el cuarto de la niña, su pequeña Sofía, a la que ella quería mucho.

Un día, a Sofía se le olvidó cerrar la ventana antes de irse al colegio, y apareció una corriente de aire que subía por la pared hasta la estantería, y Popita cogió frío y se constipó.

Cuentos-infantiles-La-muñeca-constipada

Cuando Sofía volvió del cole, se dio cuenta, y le preguntó a su muñeca preferida: «Popita, ¿qué te ha pasado?»

Y la muñeca, mientras se le caía el moquillo, contestó: «Sofía, se te ha olvidado cerrar la ventana de tu habitación, después de que la abrieras para ventilar tu cuarto… Y te fuiste al colegio sin cerrarla…»

Y a continuación la muñeca Popita empezó a llorar

Sofía, preocupada, le dijo: «No llores Popita, te voy a cuidar muy bien para que te cures ese constipado. Y siento haberme dejado la ventana abierta, no caí en que podrías coger frío…»

Pero Popita le contestó: «No lloro por eso Sofía. Lloro porque Sigue leyendo

AZHAR Y LA FAMILIA DOMINÓ

Azhar es la hija pequeña del poderoso rey de cierto país lejano, donde el juego de dominó es un deporte nacional. Ella vive en el gran castillo donde habita la familia real, rodeada del más estricto protocolo y de los muchos servidores del rey. Entre ellos está Cronsos, criado responsable de los juegos y cuidador de la familia dominó.

La familia dominó vive feliz en el castillo gracias a Cronsos, que se preocupa de atender a todos sus miembros, a los que conoce muy bien. El duro trabajo que tiene que realizar la familia dominó cuando toca jugar la partida, se compensa con los cuidados que le proporciona su cuidador. Esta felicidad solo se ve alterada cuando Azhar consigue que Cronsos le permita jugar con las fichas como a ella le gusta.

A veces, cuando Cronsos no está presente, ella se las apaña para acceder a la caja donde se guarda a la familia dominó. Para ello, coloca una silla grande delante de la gran estantería del salón más gran del castillo. Toma la caja y la depositaba en la gran mesa rústica, sin la delicadeza con la que lo suele hacer Cronsos.

Cuentos para ninos - Azhar y la familia domino

Toda la familia es obligada a salir de la caja, quedando desparramada por esta mesa que no es tan fría como la de mármol. Azhar no sigue el mismo protocolo que los jugadores, porque no sabe jugar al dominó. Se limita a poner las fichas en fila sin el menor miramiento. Así, unos se daban la espalda a otros, algunos quedaban enfrentados y no precisamente con el de su agrado. A veces cabeza abajo, contrariedad que afectaba muchísimo a los menos equilibrados. Cuando todos formaban parte de una fila serpenteante sobre la mesa, sabían que comenzaba la aventura y el vértigo.

Entonces, Azhar empujaba al primero y observaba divertida cómo caía uno tras otro, hasta el último. Esto no era del agrado de todos los miembros de la familia dominó, pero asumían que tenían que soportar el capricho de Azhar una y otra vez, hasta que se olvidaba de ellos dejándolos tendidos sobre la mesa. Entonces venía Cronsos, los depositaba de nuevo en su caja y los devolvía a la gran estantería del gran salón del castillo.

En cierta ocasión, coincidiendo con la fiesta anual del castillo, en la que todos lucían sus galas, Azhar, con su vestido nuevo y brillante, se dirigió a Cronsos pidiéndole que le dejara jugar con la familia dominó. Él, un poco contrariado, no pudo negarse Sigue leyendo

EL GRILLO Y SAPO

Érase una vez,  un grillo montado en una cerca con sus amigos en el bosque, y el grillo y sus amigos estaban jugando a las escondidas.

El grillo se escondió detrás de un árbol donde vivía un sapo. Éste, no tenía amigos porque ere un sapo feo y un poco repugnante.

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